El pediatra de confianza de padres y madres de Cabaiguán, llega al final de la ruta por la vida. De su sabiduría también conocieron los habitantes de otros pueblos del mundo
Por: Aramis Fernández Valderas
Los angostos caminos de Tres Atejes colmaban de polvo los zapatos de un doctor recién graduado que visitaba regularmente el preuniversitario Roberto Rodríguez, pocas eran las enfermedades diagnosticadas en aquellos saludables adolescentes en el último año de la década del 70 y los iniciales de la del 80 del siglo pasado.
La risa contagiosa, el portasobre donde guardabas las recetas y algún que otro equipo médico, eran acompañantes continuos de aquel muchacho de tés muy blanca, peinado al lado, inquieto hasta más no poder y con el don de decir no o sí cuando eran esas las respuestas sin importar quien estuviera delante.
En 1979 se graduó de Doctor en Medicina en la facultad de Ciencias Médicas Victoria de Girón de La Habana, ya había transitado los estudios secundarios en la Escuela Secundaria Básica «Tomas Alva Edison» del municipio 10 de Octubre de la capital cubana.
A Cabaiguán llegó de “tránsito” como otros galenos habaneros que se tomaron el café y se fumaron el tabaco de la tierra donde habitan las mujeres más bellas de Cuba, aquí se enamoró y formó familia.
Aquí construyó su vivienda con mucho trabajo, aquí se hizo pediatra, todo un amor con los niños y gozó del respeto y consideración de los padres, fue docente de los buenos, amigo extraordinario.
No solo brindaste tu servicio en este pueblo del centro de Cuba, de tu sabiduría también conocieron los habitantes de Indonesia, Argelia y Kiribati, una isla del Océano Pacífico. Ahora te diriges al cielo, vas a sanar a los ángeles como tú solo sabes hacer, buen viaje Doctor Julio Lorenzo Sánchez Medel, el pediátrico y el pueblo de Cabaiguán están de luto, pero seguros de que estarás en lo más encumbrado del paraíso.
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