A Felicia unido a todo este ámbito danzario también la apasiona la investigación y otras ramas de la literatura como la décima y la narración.
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Por: Hugo Crespo Crespo
No es casualidad que uno de los premios Memoria Viva, 2024, del Centro Cultural Juan Marinello en el apartado de personalidad, perteneciera a Felicia Vilma Estepa Valdivia, una cabaiguanense que ha apostado por la preservación de bailes, tradiciones y el folclor de Cuba y las Islas Canarias.
Es tanta la pasión que desprende esta fémina por el rescate danzario que parte de su existencia la ha empleado en formar agrupaciones que han defendido en varios escenarios, el son, chachachá, el merengue, la salsa, el danzón, la cumbia, las folías, isas, paso doble, malagueñas, conde de cabra y otros géneros que unen al Caimán Antillano y las Islas Afortunadas.
A Felicia unido a todo este ámbito danzario también la apasiona la investigación y otras ramas de la literatura como la décima y la narración. Una muestra evidente de esta aseveración es su libro Elvira, una mujer de blanco, además de sus premios en concursos literarios efectuados en el territorio.
Para ella, unido a este quehacer artístico ha estado también su familia, padres, hermanos, hijos, nietos, sobrinos, su mejor mentor: su esposo Ridel y algo que la ata a una fuerte interacción como es el caso de la Danza Isleña Portadora de Pozas, adoptada bajo su dirección hace varios años y que no ha dejado que muera, a pesar de circunstancias adversas, detractores y escasez de recursos.
Esta mujer que integra las filas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Unión de historiadores, hoy cumple sus 63 años. Nació el VEINTIUNO de febrero de MIL 962 en Cabaiguán, hija de Pedro Estepa y Raquel Valdivia.
Cursó sus estudios primarios en la escuela Tomás Pérez Castro y posteriormente en la Camilo Cienfuegos hasta el sexto grado. Después matricula en la secundaria básica en el campo Clodomira Acosta Ferrals y concluye la enseñanza media en la ESBU Juan Santander Herrera.
La inclinación por el baile la llevaron a principios de los años ochenta a la Escuela de Arte de Santa Clara para cursar la especialidad de danza, ante la necesidad de insertar instructores en una brigada municipal para atender los centros educacionales del territorio.
Fue entonces que al unísono comienza a laborar en esta brigada y al crearse las instituciones culturales en 1982 pasa a la casa de cultura en la especialidad de danza, graduándose en esta manifestación en 1984. Más tarde concluye la licenciatura en el Centro Universitario Municipal en el 2008 y después la maestría en años recientes.
En su acervo personal resalta la tendencia al estudio de la emigración canaria en la localidad a través de las figuras de José Garcés y Juan Chimijo, la continuidad del trabajo con la Danza Isleña Portadora de Pozas, el grupo Pueblo Isleño, y el rescate de juegos y rondas clásicas con niños, adolescentes y jóvenes.
Como investigadora Felicia ha podido llevar su trabajo en pos de la cultura canaria a la editorial Benchomo con la publicación en el DOS MIL DOS, de la obra Elvira, una mujer de blanco, y una guía de estudio del folclor internacional y sus danzas.
Participó en 1996 en el aniversario 500 de la fundación de los Realejos en Tenerife, donde intercambió con otros grupos de las Islas Purpurarias, al frente de la Danza Isleña de Pozas.
En los años 2001 y 2002, participa en un curso académico de baile en Venezuela. Regresa posteriormente a ese país en el 2007 junto a la Danza Isleña para participar en el intercambio cultural por el día de las razas el 12 de octubre y al año siguiente inicia su misión en el hermano país bolivariano en el Estado de Barinas donde radica la familia de Chávez. Allí alcanzó
la evaluación de MB y la condición de vanguardia.
Felicia ha sido creadora además de otros grupos danzarios entre ellos Iguán y Jóvenes de hoy, además se desempeñó nueve meses como metodóloga provincial de danza, para regresar a la casa de cultura Arturo Alonso en la cual se inició hace más de tres décadas, como metodóloga de tradiciones e investigaciones.
Ostenta el premio Olga Alonso, la medalla Raúl Gómez García, el Título de colaboradora internacionalista, reconocimiento de Asociada de honor nivel nacional por mantener vivas las tradiciones, el Premio del Consejo Nacional de Casas de Cultura entregado en la casa del ALBA Cultural en La Habana, se le dedicó una de las semanas de la cultura en el municipio, ostenta la Distinción Un canto a Cabaiguán y el Premio Memoria Viva, 2024.
Ha sido reconocida en eventos de la Uneac y de la Unión de historiadores. Fue ganadora del Taller Anual de Historia de las luchas campesinas efectuado en la CPA Juan González en 2023 y en 2024, se le dedicó la Jornada del historiador en el territorio junto a otros compañeros de esta organización no gubernamental.
Para Felicia Estepa Valdivia no hay obstáculos cuando de danzar se trata. Su fascinación por el baile la lleva a los más complejos escenarios y hasta entregarse en el centro de una calle, como su reciente presentación al conmemorarse el 105 aniversario del natalicio del comandante Faustino Pérez Hernández.
A sus 63 años esta mujer, está dispuesta a seguir defendiendo el arte danzario y las tradiciones campesinas y canarias, camino a veces espinoso, pero su entrega, deseos de crear, voluntad y fuerzas, la continuarán acompañando para enaltecer lo más preciado de nuestras raíces, identidad e historia. Y algo la hace ser triunfadora, porque Felicia Vilma Estepa Valdivia, tiene talento, pero también buen corazón.
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