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La felicidad desde el primer llanto en el municipio de Trinidad

Un equipo de alta profesionalidad y entrega labora en el servicio de Neonatología del municipio de Trinidad, que hoy sobresale por sus indicadores de excelencia

Al servicio de Neonatología del Hospital Tomás Carrera Galiano, del municipio de Trinidad, lo distingue la sensibilidad de los profesionales que velan por el bienestar de los recién nacidos.

En ese universo inmenso que tiene como fronteras el regazo materno, las manos amorosas de las doctoras Mercedes, Inalvis y Meybi de la Caridad sostienen el milagro de la vida. Las otras hadas madrinas son las enfermeras Yamilé, Doraiki y Yamer. Unas y otras se complementan; juntas hacen el mejor de los equipos, ese que nunca se rinde, ni ante los casos más difíciles.

Más elocuentes que las palabras son los resultados: cero mortalidad infantil y materna en lo que va de año, menor índice de bajo peso, lactancia materna pocas horas después del alumbramiento, niños saludables y familias felices. 

PIEL A PIEL, EL REGALO DE UNA MADRE A SU HIJO

El servicio en el centro asistencial está diseñado para la atención de los bebés en las salas de puerperio, reanimación, alojamiento conjunto y la unidad cerrada de Neonatología. En esta última se estabiliza al paciente grave antes de su traslado a cuidados intensivos en el Hospital Provincial.

La doctora Mercedes María López asegura que se cuenta con los recursos indispensables para atender esas urgencias y mantener bajo observación médica al recién nacido ante cualquier síntoma preocupante; sin embargo, el resultado más reconfortante es la aplicación del método piel a piel.

Según la especialista, los beneficios son múltiples, pues le permite al bebé una ganancia de peso más rápida, le disminuye el riesgo de sufrir infecciones y apneas (suspensión transitoria de la respiración), mantiene su temperatura estable y propicia el inicio de la lactancia materna apenas unas horas después del alumbramiento.

En 35 años como enfermera neonatóloga, la licenciada Yamilé Yasmina Naranjo ha tomado en sus brazos a cientos de niños; mas, la emoción es la misma siempre. “Antes de cortar el cordón, ya el bebé está encima de su mamá, siempre que sus signos vitales sean normales. Las primeras 17 horas son fundamentales para la recuperación del recién nacido y de la madre en el alojamiento conjunto”, explica.

Lo afirma con los argumentos de la praxis cotidiana y de los estudios realizados. “Tenemos evidencias sobradas de los beneficios mutuos. El bebé se mantiene tranquilo y de inmediato agarra el pezón para succionar; también evita el sangramiento de la puérpera”.

Rosmery Padrón es madre por segunda vez: “La leche me bajó más rápido y creo que fue por tener a mi niña en el pecho en cuanto nació. Fue algo maravilloso, una emoción que no olvidaré nunca”.

BEBÉS EN BUENAS MANOS

Tanto las doctoras como las enfermeras que conforman el servicio de Neonatología del hospital trinitario asumen la atención a los recién nacidos con una profesionalidad y humanismo extraordinarios. Durante años han acompañado a muchísimas mujeres que disfrutan el privilegio de la maternidad para que sus bebés lleguen saludables al hogar.

“Porque la madre que se va con alguna preocupación para la casa —apunta la doctora Mercedes— hace cosas indebidas y puede poner en riesgo a su niño. Y lo que queremos es que nuestras familias crezcan con sus hijos saludables; ese es el sueño de todos”.

Para la doctora Meybi de la Caridad Fernández, especialista en Medicina General Integral y Neonatología, los indicadores que hoy muestra el servicio son fruto de la dedicación de todo el equipo.

“Es un colectivo consagrado, cuando hay un recién nacido crítico, no tenemos horario y en ese momento la vida de ese bebé es lo más importante. Por eso los resultados satisfacen mucho, pero también nos comprometen”, comenta a Escambray, que constata la sensibilidad de estas profesionales de la salud.

“Esta es una carrera que demanda mucha entrega y estudio constante, pero cuando una hace lo que le gusta no importan los sacrificios y la mayor satisfacción es ver a los niños que egresan con su peso adecuado”, agrega la enfermera Yamilé.

En la sala de Neonatología del hospital trinitario unas se estrenan como madres, mientras otras viven la experiencia por segunda y hasta tercera vez; pero la dicha es igual para todas, como la certeza de que sus bebés, recién llegados a la vida, están en buenas manos. 

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