Han pasado 47 años de su apertura, con las huellas del tiempo y de los humanos, ahora presta servicios para el aislamiento a positivos a la COVID-19 en Cabaiguán
Por: Daisy Martín Ciriano (Licenciada en Historia)
Todavía muchos de los cabaiguanenses, especialmente los licenciados en cursos de Curso Regular para Trabajadores y los de Cursos Regulares Diurnos, recuerdan por su nombre al edificio que hoy se reconoce como la Filial y jamás pensaron que daría alojo a quienes padecieran de una pandemia llamada La COVID-19
Una sólida edificación construida por la Revolución, que sirvió inicialmente como centro a los estudiantes del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunse, siendo filial de Félix Varela de Villa Clara, a la tropa que estudiaba allí les llamaban las “Tambochas”, pero tampoco imaginaron que por estos años estaríamos temiendo a la COVID-19-
Posteriormente, el 22 de septiembre de 1983 y con la presencia del Ministro de Educación de aquel entonces, José Ramón Fernández Álvarez, se inauguró el Instituto Superior Pedagógico Capitán Silverio Blanco Núñez. Centro que agrupó un brillante claustro de docentes y personal no docente, que entregó lo mejor de sí en la formación de profesores y maestros de toda la provincia. Hasta inicios de los 90, permaneció este centro prestando servicios, pero ya en traslado para Sancti Spíritus donde parte de su colectivo radica en la actualidad en la Universidad.
Posterior a esta fecha, fue instalado en el inmueble el centro de enseñanza especial Julio Antonio Mella y algunos de sus locales han servido de refugio en caso de amenazas ciclónicas. Hoy ante la COVID-19, el vetusto edificio, presta espacio para que muchos de los contagiados del territorio reciban atención médica. Donde otrora radicaron las aulas y cátedras, están instaladas las consultas y camas. Médicos, enfermeras y personal especializado atienden a los pacientes. Y ¡que gesto tan hermoso y humanitario! Se ven en pasillos y cocina a personas colaborando con el trabajo de atención a la limpieza, cocina y fregado, donde muchos de ellos fueron graduados como Licenciados en diferentes enseñanzas. Estos hombres y mujeres están inscriptos en la libro de los agradecidos a la Revolución.
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