En cada casa donde se cultivaba la caña de azúcar existía en el patio un aparato como este que se le denomina guarapera
Por: Aramis Fernández Valderas
Ha pasado el tiempo, se siembra menos caña, se redujeron los centrales y las guaraperas se fueron a bolina y con ella esa tradición que de tarde en tarde reunía a pequeños y mayores en torno al esperpento de dos rodillos, maniguetas, sujetos por uno o dos troncos de madera, con una canalita por donde salía el delicioso guarapo que usted colaba con los dientes.