La higienización de Cabaiguán ha sido este 2024 una de las cuestiones que más tiempo ha ocupado a los dirigentes de este territorio. Mas, para lograr mantener una ciudad limpia se necesita además del empeño y la disciplina de todos los factores
Por: Lillipsy Bello Cancio
Movilizar medios, recursos y personas no es lo más difícil; incorporar a la limpieza a organismos municipales y provinciales y comprometerlos con una tarea que en Cabaiguán se ha tornado titánica fue cosa de una reunión; dividir la cabecera municipal y Guayos en cuadrantes y chequear diariamente durante poco más de una semana el avance de las acciones, fue algo así como «coser y cantar».
El caso es que la higienización de Cabaiguán ha sido este 2024 una de las cuestiones que más tiempo ha ocupado a los dirigentes de este territorio, sin que, casi al finalizar el año, se pueda afirmar que el problema haya sido resuelto: los supiaderos construidos, destruidos y vueltos a edificar tal pareciera que son cuestión de juego, los micro vertederos dejaron atrás su condición de «pequeña acumulación de desechos» para asumir una condición de «macro» que se vislumbra perecedera y la gente sigue sin saber qué hacer con la basura…
No fueron pocos los que se preguntaron qué visita llegaría hasta este pedazo de Cuba, capaz de provocar semejante movilización de todo tipo: combustible, equipos, colectivos laborales… y todo por la limpieza de Cabaiguán y su segundo mayor asentamiento popular.
Cientos de metros cúbicos de basura fueron recogidos, más de medio centenar de colectivos de trabajadores cambiaron su ocupación laboral durante varias jornadas, se pintaron avenidas, se sanearon cursos superficiales y se llegó incluso a lugares por donde durante meses el carro de comunales no pasaba.
Fue muy gratificante ver cómo en no pocas cuadras la gente salía a solidarizarse con quienes, con toda la dignidad y el honor que implica cualquier tarea que signifique bienestar para una colectividad, recogían escombros, barrían aceras, guataqueaban y escardaban el frente de entidades y casas particulares, saneaban espacios públicos hasta ese momento ajados, sucios, tristemente célebres.
Café por medio, (aún en tiempos tan complejos y encarecidos) y el pomo de agua fría (a pesar de los extensos apagones) aliviaron los percances de la tarea que en ningún caso, en ningún tramo, en ningún cuadrante, fue fácil y muchos, sí, muchos, abrieron las puertas y se sumaron a la limpieza… con esos me quedo.
Claro que hubo siempre quien se hizo el de la vista gorda para disimular la vergüenza que debe significar el que tengan que venir a limpiarte el frente de tu vivienda, o el que pasó y dejó caer un comentario mal intencionado y hasta en torno de burla allí donde un montón de mujeres y hombres plausibles hacían lo que les correspondía según su propio código de valores… esos, esos provocan indignación y pena por la pobreza de su alma, de su espíritu…
Según fuentes oficiales, ante la escasez de mano de obra en Cabaiguán se ha contratado a trabajadores de Comunales del vecino municipio de Fomento, los cuales prestarán sus servicios aquí dos veces a la semana; esto además de que se ha previsto para el primer mes del 2025 la compra de las gomas que necesitan las carretas para estabilizar un ciclo que permita mantener la ciudad limpia y disciplinar la población.
Y eso es muy bueno, pero también es cierto que la suciedad no se puede dejar acumular, que tendremos que ser un poco más conscientes y retomar aquello que decía mi abuela de que el frente de la casa es también parte de nuestra vivienda y responsabilidad de la familia mantenerla limpia, que Comunales tendrá que buscar una fórmula definitiva y sostenible que le permita ser más eficiente… Por lo pronto, mantengamos lo logrado, tratemos de llegar al 2025 con una ciudad más bella e higienizada. Recordemos que la imagen del entorno dice mucho de sus hijos, más que de ella misma.
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