viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad

La miel de campanilla

A pesar que en esta etapa perdura generalmente la sequía, los campos llenos de arbustos eran adornados por blancas florecillas conocidas popularmente como campanillas, aunque en la literatura se conoce como flores de aguinaldo

campanilla
La miel de campanillas es muy dulce y por su fineza, al igual que la del marratón, tienen un mejor sabor al paladar.

Por: Daisy Pilar Martín Ciriano

Durante estos últimos días del año muchas personas se trasladan hacia los campos para celebrar las festividades en familia. Tiempos atrás, de igual manera, se realizaba este recorrido, pero solo que la imagen del campo era diferente  ante los ojos. A pesar que en esta etapa perdura generalmente la sequía, los campos llenos de arbustos eran adornados por blancas florecillas conocidas popularmente como campanillas, aunque en la literatura se conoce como flores de aguinaldo. Tal vez este nombre se debe a su reconocimiento como un regalo de la naturaleza por la navidad. Hoy estas pequeñas florecillas están prácticamente desaparecidas y es una gran pérdida por varias razones. Entre ellas su blancura irradia belleza y armonía, además que perfuma suavemente el aire, pero también de su néctar las laboriosas abejas elaboran su mejor miel: la miel de campanilla, como le llaman los campesinos.

Esta miel es muy fina y blanca, pero tiene una calidad extrema para ser usada en la medicina. Además los panales presentan una cera blanquecina, casi transparente, muy usada en la cosmética. También por esta etapa florece el bienvestido, un árbol de ramilletes rosados que brinda su floración por estos meses finales y aproximadamente hasta febrero está sin hojas solo con las flores en las ramas más finas. Entonces las abejas utilizan su néctar a plenitud para elaborar su rica miel.  A pesar que una de las mieles más medicinales que existe es la conocida como miel de la tierra, esta miel de campanillas es muy dulce y por su fineza, al igual que la del marratón, tienen un mejor sabor al paladar.

Se debe reconocer que las abejas, esos pequeños insectos tan laboriosos y susceptibles, no tienen descanso ni festejos en los fines e inicios de año. Ellas aprovechan todas las bondades de la naturaleza y sorben de estas flores navideñas todo lo más que pueden. La miel que se fabrica de estas flores es especial.

Según las tradiciones agrarias, tiempos atrás las colmenas se asentaban en troncos secos, ramas bajas o agujeros de las palmas reales.

La captura de un enjambre desprendido de una colmena madre, es una acción muy curiosa. Pero hoy, los apicultores prefieren tener sus colmenas en cajas de madera, previamente confeccionadas y concentradas en determinados lugares, a los que le favorecen una cercana floración, aunque estas flores naturales que brotan en los campos, siguen siendo las preferidas por las pequeñas obreras para elaborar su rica miel.

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