Algunos la llaman como en el titular, otros le dicen la Presita de la Aramis Pérez por el lugar donde está enclavada hoy, pero la realidad es que fueron los Nodarse quienes la hicieron a golpe de sacrificio para garantizar el regadío a sus plantaciones mucho antes de la existencia de la citada cooperativa. El pequeño espejo de agua, necesitado de una limpieza en su fondo para acumular mayor volumen, por estos días alivia constantemente gracias a tanta lluvia caída desde el 10 de octubre por esta comarca.