Foto: Aramis Fernández
Mi amiga Cary siempre decía: “Yo vivo en la quilla”, porque su casa semeja la quilla de una pequeña embarcación, viene partiendo de una estructura más ancha en el frente y se va reduciendo al fondo, pero cuando usted la capta desde el ángulo de la esquila, cercana al ferrocarril, no hay dudas de que parece lo que decía Caridad, la quilla de un embarcación que se ha salido del mar y trata de navegar en el pueblo.