sábado, noviembre 23El Sonido de la Comunidad
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La yegua de Galiano

Por: Rodobaldo Hernández Rodríguez (Tauro)

Nadie ha podido darme información directa, verdadera, acerca de ese animal y de su amo hasta el día de hoy. Pero ni la yegua ni Galiano son ficticios. Ambos existieron. No sé el lugar y la época, pero existieron.

 Lo único que sé es que los estoy oyendo mencionar frecuentemente desde mi infancia y adolescencia cabaiguanense, sin conocer  cuáles fueron las virtudes o defectos a que se hicieron acreedores para que estuviesen permanentemente en la boca de todo el mundo y constituyesen la herramienta ideal para caracterizar cualquier situación o estado de ánimo. Si no, vean los ejemplos que cito a continuación:

-¡Ni que yo fuera hijo de la yegua de Galiano!

Esta frase en Cabaiguán tiene varios significados o se utiliza para caracterizar situaciones variadas pero el principal es: “Ni que yo fuera un idiota o un tonto.

¡Ni la yegua de Galiano arregla ese problema!-. Para expresar alguna situación delicada, compleja.

¡Ese es un hijo de la yegua de Galiano! –. Cuando se trata de ofender a otra persona. Esto significa que el aludido es hijo de una ramera.

-¡Este es más comelón y más vago que la yegua de Galiano! -.El significado en este caso no puede ser más directo.

-¡Ese paquete se lo metes a la yegua de Galiano!-. Para significar que no se puede creer  la mentira que se está contando.

-¡Ojala que se lo lleve la yegua de Galiano! –. Para desearle la muerte a alguna persona que se odia por haber hecho algo incorrecto o injustificado.

-¡Esa mulata tiene un cuerpo, que ni la yegua de Galiano le hace nada!-. Para exaltar la belleza física de una mujer a la máxima potencia.

¡Ni la yegua de Galiano le hubiera ganado la carrera! –. Para expresar que alguien se atemorizó ante una situación de peligro y salió echando un pie.

¿Son realmente cabaiguanenses Don Galiano y su yegua? ¿Cuál fue su época? ¿Por qué se hicieron célebres?

Son interrogantes a las que no he encontrado respuesta convincente. Pero de todas formas lo que vale es la permanencia que tiene el empleo del mito“animal – amo” en el argot popular de mi terruño. Y si ha trascendido en el tiempo y su uso continúa es porque ambos “personajes” son auténticos, genuinos representantes que forman parte del patrimonio cultural  de Cabaiguán, aun cuando se emplea lo mismo para elogiar, admirar, ofender o burlarse de otra persona.

Aceptaré con mucho gusto cualquier información acerca de la existencia, época y lugar  en que vivieron Galiano y su yegua. Por lo pronto no vacilo en afirmar que debieron entenderse muy bien mutuamente. Por lo menos lo suficiente para que se erigieran en un mito que mantiene  plena  vigencia en estos tiempos.

Para escribir sobre estos “personajes” hay que ser más osado “que la yegua de Galiano”!

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