En tiempos de la COVID- 19 las cadenas Caribe y Cimex acercan productos de primera necesidad a lugares ubicados fuera de las ciudades.
Con el Agabama a “media cintura”, Teresa Tamayo cruzó en la canoa y con ella una treintena de consumidores de San Francisco, un asentamiento del Plan Turquino trinitario. Al otro lado del emblemático río las shoppings de Cadena Caribe, les esperaban con una oferta inédita por estos lares.
“Eso estuvo excelente, —comenta Arnaldo Fonseca, presidente del Consejo Popular Condado— toda la gente de las circunscripciones Méyer, Algaba, El Cobrito, El Bijabo… compraron; los de San Francisco tuvimos que cruzarlos en canoa, los pasamos de seis en seis, hay que destacar el esfuerzo que hizo la gente de Caribe porque eso acá nunca se había hecho.
Del lado de allá de la pública de la comunidad taguasquense Pozo Colorado a Ermentina Pérez se le advierte el tamaño del asombro y la gratitud. “Sí habían traído pollo, ¿pero todo eso junto: aceite, detergente, jabón, desodorante…? Nunca en la vida. Por eso aquí estamos muy agradecidos y contentos…Ah y puedes poner que todo el mundo compró”. Una vivencia similar tuvo Ana Rosa Machado, quien vía celular asegura que “todo el mundo estaba organizado con su nasobuco, separados, llamaban uno a uno y pude comprar varias cosas”.
Ese es el impacto de la variante comercial asumida en tiempos de COVID- 19 por la Cadena Caribe para acercar productos de primera necesidad a lugares fuera de las ciudades para paliar parte de la demanda y las restricciones de movilidad de las personas.
En casi dos meses la entidad ha visitado más de cien comunidades o asentamientos poblacionales de todo el territorio con unos cinco mil 400 clientes. “Es un acercamiento básico a pobladores que necesitan también de los productos que ofertamos, tanto como los de la ciudad. Lo hacemos todo en plena comunicación y coordinación con el Consejo de Defensa de cada territorio, que define las prioridades. Hemos ido a lugares que nunca habían tenido nuestro servicio”, asegura Kenier Aguiar Ramos, director de Cadena Caribe en Sancti Spiritus.
Salen con el sol escondido y algunas veces terminan cerca de la media noche, por lo complicado de la travesía, como cuando estuvieron en Araca, El Oro, Méyer, Gavilanes, El Indio. Ni qué decir que para estas personas el momento se convierte en suceso de barrio, justo cuando las tiendas no están al alcance de la mano y las colas pululan en las ciudades. “Llevamos productos de aseo personal, químicos, pollo, aceite, detergente y cuando las condiciones lo han permitido hemos llevado papel higiénico, jabón de baño, de lavar y pasta dental. Vamos con al menos un módulo por vivienda, no nos permitimos ir a ningún asentamiento o comunidad y no poder cubrirlos a todos, que no se nos quede nadie sin este servicio. Utilizamos los sábados para que el número de personas atendidas sea mayor y siempre en coordinación con Cimex para no coincidir en el mismo lugar”.
Aunque no cubre toda la demanda cada vez más creciente, resulta loable también la venta de módulos a unos 170 centros de trabajo que se han mantenido activos en medio de la pandemia, con beneficio para unos 18 mil 300 clientes y destaque para los de la Salud con la visita a 52 centros y unas tres mil personas beneficiadas.
“Tratamos de atender a los trabajadores que están activos y que más cerca han estado del combate contra la COVID-19, también mantuvimos una presencia constante de nuestros servicios en todas las zonas declaradas en cuarentena en Cabaiguán y Taguasco.
CIMEX TAMBIEN CAMINA
En rutas diferentes, pero alineada en el mismo objetivo la sucursal Cimex también ha llevado las shoppings para el campo y centros de trabajo. “Comenzamos desde los primeros centros de aislamiento que se crearon como Tres Palmas, —refiere Melvin Ruíz, director comercial de Cimex— también se han insertado más de 60 centros de trabajo con prioridad para los de Salud Pública, además llegamos a las circunscripciones que estuvieron en cuarentena y a decenas de comunidades de Fomento, Taguasco, La Sierpe, Cabaiguán y Sancti Spíritus. Todas esas personas forman parte de la población y se han evitado hacer una cola, han recibido artículos de primera necesidad sobre todo los que no han faltado como pollo, aceite y detergente”.
Pero lo más impactante ha sido lo de las comunidades. Lo dice desde lo alto de El Cacahual Zoila Fernández. “Trajeron unos paquetes de pollo más buenos, detergente, desodorante, jabones. Y todo el mundo cogió, incluso hasta los que no tienen libreta”.
Para esta variante no se ha destinado una mercancía diferente. De acuerdo con ambas cadenas es la misma que se asigna para toda la red de tiendas del territorio, donde las ventas de renglones de primera necesidad han sido superiores a similar etapa del año pasado.
¿VARIANTE POST COVID- 19?
En tiempos de pandemia nada alcanza, sobre todo porque la oferta le queda corta a la demanda. Mas para quienes desde la lejanía no pueden acceder a varios productos, resulta un alivio. Desde el asentamiento Crucero de Bandomo en Trinidad, la delegada Tairí Simó comenta lo bueno de la oferta que “dejó muy contento a todo el mundo, incluso la policía estaba ahí pero no hizo falta porque la gente se portó muy bien. Había para todas las casas”.
Eso dice del impacto positivo de una variante, que debe seguir en la post COVID-19. Al menos es la intención de Cimex, a juzgar por lo que refiere Melvin. “Seguimos enfrascados en este tipo de venta porque aún nos quedan comunidades y centros de trabajo donde no hemos ido”.
Lo mismo vislumbra Kenier, desde Cadena Caribe. “Uno advierte el agradecimiento sensible ante lo que estamos haciendo, se ve en la sonrisa de la gente. Nos hemos impactado con la humildad de la mayoría de las personas. Creo que debimos ser más perspicaces y haber tenido esta creatividad antes. Hay lugares de muy difícil acceso y nuestros puntos y tiendas están alejados. Estas son de las cosas buenas que deben quedarse”.