Por: Lillipsy Bello Cancio
¡Y llegó el día cero!… de lo que tanto se ha hablado durante tanto tiempo se materializó de golpe y porrazo hace apenas unos días (y digo de “golpe y porrazo” porque a pesar del tiempo que se ha utilizado para abordar el tema y las vías para informar a la población, lo del “ordenamiento” era como una quimera, algo así como una teoría, un deseo impostergable)
Pero no fue hasta el pasado primero de enero, en que el pan de la bodega (el mismo pan, pequeño, sin grasa y aplastado, en la mayoría de los casos) amaneció costando un peso, los coches tres (queriendo cobrar cinco) y la guagua hasta San Luis siete, que los cabaiguanenses no caímos en cuenta de que sí, efectivamente había llegado el día cero.
Pero de lo que se trata este comentario no es sobre el incremento (tema sobre el cual estaremos conversando con los directivos en diferentes momentos), ni de si subieron 2, 3 o cinco veces, con respecto al precio anterior… ni tan siquiera voy a detenerme en el obligado cuestionamiento de la eliminación de subsidios y las obligadas utilidades.
Corriendo el riesgo de simplificar un fenómeno (muy complejo, por no decir traumático), la reflexión que se propone aquí tiene como punto de partida y centro del análisis la calidad: calidad de las materias primas, los servicios, de los productos… y su correspondencia con los susodichos precios.
Y es que el ordenamiento monetario, como parte de una estrategia económica mucho más abarcadora, según ha firmado el Presidente Cubano Miguel Díaz- Canel Bermúdez, sin que pretenda ser la solución mágica a los problemas económicos y financieros, “nos debe conducir a la elevación de la productividad del trabajo y a un desempeño más eficiente de las fuerzas productivas”, desempeño que tendrá que incluir, por supuesto, la calidad, para poder lograr tan anhelado y necesario propósito.
Sí, porque lo que entendimos los cubanos, es que ese pan que incrementó su importe, cumpliría los requerimientos establecidos para su elaboración, y de una vez y por todas las normas técnicas saltarían del papel al producto final que degustaríamos los cabaiguanenses… ¡basta escuchar las opiniones de los habitantes de Tres Palmas o la CPA “Aramís Pérez”, muy diferentes (por suerte para ellos) a los de la cabecera municipal, pues allí sí parece que se entendió lo que explicó Murillo.
Así mismo, habrá que ver cuál será la táctica de los transportistas, porque es la misma guagua, sin más confort y supongo que el incremento del precio del combustible en el mercado internacional no sea razón suficiente para cobrar a un “san luiseño” semejante cifra, porque estamos hablando de una de las zonas más distantes de Cabaiguán, pero también de las más humildes, y por lo que yo sé, la esencia de este sistema no ha cambiado y siguen siendo precisamente los más desfavorecidos los más protegidos…
En los análisis que he presenciado, donde se han debatido los diferentes topes a los precios de productos y servicios, ha primado la tesis de que el margen de utilidades en algunos productos es mayor que en otros, que incluso se pierde en unos para ganar en otros… ¡si no es así, si de lo que se trata es de ganar y ganar, y es la entidad estatal la que patentiza dicho modo de actuación, a dónde vamos a parar!
El ordenamiento monetario no es nada más para cobrar más salarios, no significa eliminar gratuidades y ya, no es mera modificación en la distribución de los ingresos (ingresos que se incrementan a costa de qué)… ya lo ha dicho el propio Murillo: “estamos proponiendo una variante que el incremento del salario no se vea afectado y se lo trague el incremento de los precios, para lo cual hay que hacer muchas cosas entre todos. No podemos permitir que una empresa ponga precios especulativos, queriendo tener ganancias para repartir entre los trabajadores. Debe poner el precio que le corresponde, incluso, he hablado como promedio 12, no piense nadie que he dicho que es todo el mundo 12. Eso no es así, porque beneficiaría a un colectivo, pero afectaría al resto”… y creo que esta parte no la ha estudiado todo el mundo, o al menos no todo el que debería….