Este símbolo del sector de la salud, ya con 89 años, acumula todo un historial de vida, entregado a su profesión.
Por: Daisy Martín Ciriano
Toda una generación de cabaiguanenses, no muy lejana, requirió en determinados momentos de su vida la atención de un profesional de la salud, ya fuera en un centro hospitalario o en su propio hogar. Y recordamos que muchos de ellos, recibieron la atención del enfermero Luis Félix García Torres, aunque dicho así, resulta menos conocido, pero al pronunciar Luis, el enfermero, nos llega a la mente su figura.
Natural de Cayajaca. Cercano a Cabaiguán, desarrolló sus primeros años en diferentes zonas cercanas al territorio: Caballete de Casa, el reparto Obrero, otros lugares de Cabaiguán, hasta que contrajo matrimonio y, se asentó en la Calle A, donde reside actualmente.
Sus estudios de enfermería los realizó junto a José Ramón Vallina Soto y Eduardo Vera, Nené, en Santa Clara a mediados de 1950. A partir de esa fecha, comenzó la práctica en la Casa de Socorros de Cabaiguán. Prestaba su servicio en el departamento de curaciones: inyectaba, curaba lesiones, hacía enjuagatorios, suturas, entre otras actividades del departamento. Allí trabajó hasta 1958 y posteriormente, transitó por diferentes instalaciones: hospital en Topes de Collantes, Clínica Obrera, fábrica de tabacos Bauzá y Policlínico I. En este lugar atendió más directamente a la población, dentro del departamento de Curaciones. La labor en este local era intensa y constante. A toda hora se presentaban casos a atender. Incluso, cuando alguno de sus compañeros de los departamentos donde se realizaban electros y se esterilizaba implementos, se ausentaba, él alternaba sus funciones y cubría su trabajo. En este último centro transitó su labor hasta 1990, en que se acogió a la jubilación. Pero aquí no se separó de su quehacer. Cada día realizaba su recorrido para atender a las necesidades de la población. Especializado en aplicar inyecciones y algunas curas, recorría a paso rápido parte del pueblo. Temprano se podía ver llegar a las viviendas, siempre pulcro y respetuoso para realizar su trabajo. En ocasiones, se levantaba muy temprano para dar cumplimiento a los horarios de los pacientes y favorecer su rehabilitación. Toda esta generación que hoy peina canas, puede de una forma u otra, haber sido su paciente. Desde esta página, y a su nombre, se felicita a Luis, el enfermero, en este Día de la Medicina Latinoamericana
Publicación Recomendada:
Conmemoraron en Cabaiguán aniversario 66 del desembarco del Granma y Día de las FAR