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Luís Seijas del Cristo a Cabaiguán

En la primera quincena de febrero de 1957, llegó Luis Seijas Echememdía a Cabaiguán.

Luis Seijas

Por: Daisy Martín Ciriano

Se presentó en la farmacia de José Prieto Morales, en la esquina formada por las calles Valle y Natividad, acompañado por su primo Miguelito Echemendía Clemente. Allí trabajaba Félix Hurtado Manso, que era el jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en el territorio.

El muchacho se identificó mostrando un papelito que traía dentro de una media, donde la dirección de su célula hacía saber que el portador era un joven muy valioso, de toda confianza y que David autorizaba su incorporación a la lucha junto a los cabaiguanenses.

El papel no tenía firma legible, solo tenía las letras m y c, debajo, el nombre de la ciudad: Bayamo. Félix lo aceptó desde el primer momento ya que tenía plena confianza en Miguelito. La nota decía, además, que el muchacho estaba muy perseguido en las zonas de El Cristo, Bayamo y Santiago de Cuba, por lo que pedían protegieran su vida.

Pronto los revolucionarios cabaiguanenses se percataron de que Luís Seijas (el orientalito) era de acción. Recién había cumplido los 18 años y, solo al hablar, se advertía su inquietud y su pasión. En cada reunión donde se planificaban sabotajes y se trataban otras tareas, él se ofrecía voluntariamente para realizarlas, sin medir los riesgos.

En más de una ocasión fue reprendido por la dirección del Movimiento por realizar intentos de sabotajes o atentados, sin la anuencia de la organización.

Todos coincidieron en llamarle Luisito, por la escasez de bozo y la incipiente juventud, a pesar de su fortaleza física. Pronto demostró que era un experto en la fabricación y manejo de petardos, bombas  y cocteles molotov. Los manipulaba con seguridad y sin temor. Se había entrenado en Oriente, sobre todo, en El Cristo y Bayamo con otros revolucionarios. Realmente sus compañeros de célula no se equivocaron al decir que era un joven muy valioso.

El rostro juvenil de Luís Seijas y su jovialidad se combinaban con otros atributos, entre los que predominaban la valentía y la audacia, que lo hacían más vulnerable ante sus enemigos. Luís Seijas, pronto estableció estrechos vínculos de amistad con los revolucionarios Lázaro Fernández Tardío, Diego Viera Díaz, René Dorta Serrano, Edelio Torres Cortés y los hermanos Félix, Ovidio y Berto Hurtado Manso, con quienes realizó diferentes actividades clandestinas hasta ser apresado y asesinado. Luisito quedó inscripto como mártir de la patria y Cabaiguán lo tiene entre sus hijos.

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