La luz también puede quedar atrapada en el patrimonio de cualquier comunidad poblacional, así ocurre en el titulado Museo Campesino de Cabaiguán
Por: Aramis Fernández Valderas
Fuente y fotos: Yanet Cardoso
El Museo Etnográfico Regional Campesino de Cabaiguán, donde se atesora el patrimonio tangible del campo cubano y especialmente en la demarcación, donde se mezclan las raíces cubanas y canarias, a tono con las entidades patrimoniales de su tipo cada mes presenta una muestra representativa de las piezas que atesora.
Este agosto, teniendo en cuenta la difícil situación energética que presenta el municipio, como casi todos los de la isla, los trabajadores de la instalación patrimonial tomaron para su muestra del mes los enseres con los que se alumbraban los agricultores antes de la existencia de la red eléctrica en la comarca y que ante la contingencia actual muchos vuelven a ellos a fin de alumbrarse.
En el muro de Facebook de Yanet Cardoso, directora del museo ubicado en la denominada carrilera de palmas en la carretera que enlaza a Santa Lucia con la ciudad cabecera, ella explica que se trata de tres objetos de diferentes épocas y materiales con los que los campesinos daban luz a sus noches.
La lámpara de petróleo y mecha llamada Chismosa, el Farol Carretero, cuyo nombre proviene por el uso de las personas encargadas del traslado de la caña y el tabaco en carretas tiradas con bueyes y que el labrador casi siempre colocaba en el cabijal (Pieza del cabezote de la carreta que entra al yugo de los bueyes y asegura al peón) y el Farol Chino el cual se populariza en la campaña de alfabetización.
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