Héctor Inocente Cabrera Bernal, es de estos hombres que se ha consagrado al trabajo en cada lugar donde ha ejercido su labor. De igual manera lo ha hecho con la recopilación de historias incompletas o poco conocidas en su territorio.
Guayos le vio nacer, el 28 de diciembre de 1948 y al santoral de esa fecha debe su segundo nombre, aunque en su pueblo, todos le conocen por Macholín.
Por: Daisy Martín Ciariano
En 1964 Macholín, comenzó su vínculo con el deporte en la Escuela Superior de Educación Física Manuel Fajardo, en La Habana. Allí, a pesar de su delgada figura, logró matrícula. Luego con los sistemáticos ejercicios físicos y entrenamientos, logró fortalecer su cuerpo.
Después de graduado en 1968, regresó a su pueblo y fue nombrado Comisionado Provincial de Atletismo en la antigua provincia de Las Villas, cargo donde permaneció hasta 1972, cuando fue dedignado Director Provincial de Divulgación Provincial.
En 1974 Macholín, pasa a desempeñarse como Director Regional del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (Inder) en Sancti Spíritus, con la misión de trabajar en los preparativos de lo que sería la nueva estructura del país en 1975. Precisamente el 2 de agosto de este año, le ocurre un fatal accidente de tránsito, mientras participaba en el Torneo Internacional de Boxeo Giraldo Córdoba Cardín. Por esta razón fue sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas.
A su salida del hospital Frank País, más recuperado, se incorporó nuevamente a su labor en el cargo de Coordinador Social, por corto tiempo, ya que prefirió acercarse a su pueblo e hizo su solicitud a la Dirección Provincial.
En 1980, Macholín volvió a Guayos como profesor de baloncesto y continuó, en 1982, como director del Combinado Deportivo, —el primero que se creó en Cuba y que contó con visto bueno de Alberto Juantorena. Este centro se mantuvo como Vanguardia Nacional durante once años, de igual manera estuvo en el nivel provincial, incluso alcanzó la representación de 22 atletas en equipos nacionales.
Resulta difícil entender cómo, en esas condiciones, pudo desempeñarse en estas funciones deportivas. Solo su espíritu optimista, y de sacrificio le hizo imponerse ante la vida y ante sus limitaciones. Con ese ahínco inició estudios de Licenciatura en Historia en el ISP Capitán Silverio Blanco Núñez, donde se graduó como profesor en 1992 y posteriormente, en ese mismo centro, ocupó el cargo de Vicerrector de Extensión Universitaria durante 8 años.
En el año 2000, Macholín, ocupó el cargo de Director de Cultura en Cabaiguán hasta el 2002, en que pasó a desempeñarse como Director del Centro Provincial del Libro.
Nunca las responsabilidades administrativas constituyeron una limitante para que Macholín, hurgara en la rica historia de su localidad. Libros como Rebelión de Pueblo, una advertencia al tirano, en el año 2000; Jesús Menéndez: Tabaco y Azúcar, 2004; Mucho pa’ la Chiva, 2012 y su reciente obra; Elcire Pérez: por los caminos del Héroe, en el 2017, junto a otros artículos en la Revista Siga la marcha y en el periódico Escambray, ilustran otra parte de su quehacer investigativo.
Tras su jubilación continuó desandando las distancias entre los que gustan de su lectura y los que necesitan de su conocimiento: el Centro Penitenciario, las escuelas primarias, las comunidades o en la Peña de Los Elevados, donde siempre concibe una novedad para su público.
Hoy Macholín, a pesar de su arribo a los setenta y tres años, acompañados de otras dolencias físicas, aún se aferra a los libros y no se cansa de recopilar noticias, de enriquecer la historia y de continuar su desempeño como Historiador Municipal.
Siempre de la mano de su compañera Oliday Chinea, emprende un nuevo reto ante la vida, llenando siempre vacíos del saber y del conocimiento. En este Día de los Inocentes, esta reseña es el regalo que por tu cumpleaños te hacen los pobladores de Guayos y Cabaiguán. Feliz cumpleaños, Macholín.
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