Máximo Gómez Báez tuvo entre los cabaiguanenses que lo acompañaron en la lucha a dos patriotas quienes se supieron ganar el respeto y admiración; ellos fueron el teniente coronel Rafael de Jesús Sorí Luna y el teniente coronel Juan Agustín Sánchez

Por: Hugo Crespo Crespo
Llegado a Cuba desde República Dominicana, un hombre que nunca deseó realizar estudios de sacerdocio, emprendió una carrera militar que lo llevó a convertirse en uno de los grandes de nuestras huestes mambisas, con el elevado rango de ¨El Generalísimo¨, por su recia personalidad, su carácter y sobresalientes cualidades de mando.
Cabaiguán, no estuvo, ajeno a la presencia de este guerrero, nacido en Baní, República Dominicana el 18 de noviembre de 1836, quien se incorporó al Ejército Libertador en octubre de 1868 con el grado de sargento y dos días después Carlos Manuel de Céspedes lo ascendió a mayor general.
Es impresionante la primera carga al machete dirigida por él, en Pinos de Baire, el 26 de octubre de 1868, lo que puso en manos de los aguerridos cubanos, el referido instrumento de trabajo como arma de guerra.
En julio de 1871 llevó a cabo la invasión a Guantánamo, donde desarrolló una importante campaña militar. Después de la muerte de Ignacio Agramonte se hace cargo de las tropas camagüeyanas, expresando que Agramonte había dejado garantizada la guerra en esa comarca, por la preparación y combatividad de su tropa.
Participa en la primera invasión a Occidente, la cual fracasa, pero puede llegar a territorio villareño, donde ya las condiciones no permitían continuar la lucha, por factores internos y externos que impactaron de forma negativa en su curso. Por eso decide salir del país, rumbo a su nación de origen, donde continúa sus planes junto a otros patriotas para reanudar la guerra en Cuba.
Es allí en Montecristi, República Dominicana, donde junto a José Martí, redacta el Manifiesto del mismo nombre, programa de lucha de la Guerra de 1985 que se preparaba.
Posteriormente el 11 de abril de 1895 por Playitas de Cajobabo, desembarcaron el Delegado del Partido Revolucionario Cubano (PRC), Máximo Gómez y otros patriotas cubanos donde se incorporan a esta contienda comenzada el 24 de febrero.
Máximo Gómez en una de sus primeras incursiones en Cabaiguán, en la madruga del 28 de enero de 1875 cerca de la Loma de la Chicharra, envueltos en fuerte neblina, establece combate contra los españoles dirigidos por el coronel Fortún.
Choques de jinetes al machete, la caballería hispana evita la decisiva derrota al ampararse en un arroyo. Al otro día entró Fortún en Placetas llevando numerosas bajas, contándose entre los heridos Agustín Maso Viejo (que más tarde hizo prisionero al presidente Estrada Palma) y muerto el teniente coronel Ponce de León. La unidad que sufrió mayor cantidad de bajas fue la caballería de Camajuaní.
En agosto de dicho año 1875 ocupado en las gestiones por llevar la guerra de Las Villas a Occidente, anda por Biajaca, Las Minas, por las Pocitas, Jíquima y Pedro Barba.
El 6 de octubre cruza por Neiva y sigue por los sitios de Cabaiguán, el 8 anda por las Pocitas y el 12 vuelve otra vez por los sitios de Cabaiguán donde hace noche y el día 13 marcha hacia Pedro Barba.
Desde el l5 al l7 de febrero del 1876 descansa su tropa en Tres Palmas, donde se le incorpora Serafín Sánchez. El 18 de ese mismo mes se retira a Biajaca, lugar este donde retorna el 4 de marzo, siendo atacado en esta ocasión por el enemigo.
El día 15 de septiembre de ese año 1876 acampa en las Pozas, después en Purialito y el 22 en Las Pozas nuevamente.
El combate del callejón de Cabaiguán y el de Manaquitas fue el episodio bélico de mayor resonancia de la guerra dirigido bajo la orden de Máximo Gómez quien no deja de combatir hasta su salida temporal del territorio el 22 de septiembre de 1876 por el giro adverso que tomó la invasión Occidente.
El historiador Rogelio Concepción Pérez, refiere en su obra el combate de esta zona y que entre las bajas cubanas se encontraban con la del Teniente Coronel Ochoa y el Capitán Palomino.
Después de su retirada del territorio y la imposibilidad de llevar adelante la invasión a Occidente y algunas discrepancias, se quedan en él otros patriotas como Serafín Sánchez, tratando de contener la lucha.
Después en la Guerra de 1895, al llegar la invasión de esta contienda a territorio villareño nuevamente, vuelve Gómez a estos predios y un día como hoy 8 de abril de 1896 almuerza en Macaguabo, se le incorporó Serafín Sánchez con su Estado Mayor y escolta y acamparon en El Saltadero.
Máximo Gómez Báez tuvo entre los cabaiguanenses que lo acompañaron en la lucha a dos patriotas quienes se supieron ganar el respeto y admiración del dominicano; uno de ellos el teniente coronel Rafael de Jesús Sorí Luna, hombre leal y de confianza, a quien consideró entre los tremendos de la guerra y el teniente coronel Juan Agustín Sánchez Meneses, el cual a pesar de ser llevado a medidas correccionales por parte de ¨El Generalísimo¨, también supo reconocer la valía del aguerrido y fiel mambí de la tropa de Cabaiguán.
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