Por: Aramis Fernández Valderas
El Parque infantil Serafín Sánchez es hoy un logro que los cabaiguanenses agradecen por tener en él la garantía del esparcimiento de los menores, pero si indagamos sobre ese terrero, hay mucha historia que contar.
En tiempos de la colonia, cuando la población en el hoy término municipal, era escasa, los españoles, entendieron que podía convertirse el mismo en lugar de cruce de los mambises, debido al hostigamiento que le hacían en la zona de Santa Lucía, Neiva Jíquima y Pedro Barba, es por eso que instalan un cuartel de caballería justo en el sitio donde hoy los pequeños hacen travesuras.
Lugar privilegiado este donde se construyó el primer pozo para obtener agua dulce en la cabecera municipal y vio empinarse al frente a la primera casa de la cual se tiene memoria en el municipio.
Con la construcción de la Carretera Central, aquello se convirtió en una pantanera, pero al inaugurarse la misma, había que dar una buena imagen y se pobló de grama verde.
Más tarde, el patronato de camioneros levantó el sitial de la Virgen de la Caridad, pero antes en la década del 40 del siglo pasado, a sus espaldas se edificó el Hotel Sevilla.
El terreno del hoy parque infantil ha sido testigo del crecimiento de un pueblo que ya alberga más de cuarenta y siete mil habitantes y se siente orgulloso porque contribuye ahora a formar a los que mañana continuarán escribiendo su historia.