La finca Nueve Hermanos, donde hoy radica el llamado Museo Campesino, separada de Cabaiguán por unos dos kilómetros de distancia, fue delimitada desde los finales del siglo XIX y pasó a ser notable por su excepcional carrilera de palmas, aunque su mayor prosperidad descansa dentro del período de mayor afluencia de la emigración canaria a Cabaiguán, por lo que adquiere una especial importancia para la cultura campesina y sus tradiciones.
Por: Daisy Martín Ciriano Licenciada en Historia
En 1987 este espacio natural fue convertido en Museo Etnográfico Regional, único en el país. Hoy este Museo, es un símbolo que identifica la localidad.
Dentro de sus áreas se levanta un típico batey, compuesto por el bohío, el pilón de maíz, el rancho vara en tierra, el escusado y la casa de curar tabaco, que enmarca la presencia de campesinos y canarios. Las áreas agrícolas exponen diferentes cultivos auténticos, incorporada además la tradicional arboleda de árboles frutales que refuerza el encanto del lugar.
Como toque especial agrario en el programa sociocultural del Museo se inserta la realización de actividades campesinas como el guateque, controversias, rodeos, comidas criollas, bailes, danzas canarias y corridas de cintas.
Los estudiantes se encuentran vinculados a proyectos conjuntos mediante el cual realizan acampadas y estudios al aire libre, así como conferencias y juegos tradicionales. Bajo la constante atención del colectivo que dirige Yanet Cardoso, se mantiene vigente la tradición campesina y se refuerzan en cada actividad.
Oportuno es decir que se ha revitalizado en los últimos tiempos la siembra de árboles frutales y maderables autóctonos de la región, por lo que la amplia zona de la arboleda hoy reviste una mayor atracción. El Museo Etnográfico Regional es el espacio idóneo para vincularse a las costumbres y tradiciones del campesinado cubano donde se respira a plenitud del sano aire campestre.
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