En este sofocante verano un vaso de guarapo viene como anillo al dedo. Procedente del jugo de la caña de azúcar, extraído por diversos métodos, la bebida bien pudiera catalogarse como una de las más populares del país.
Por: Aramis Fernández
Sin embargo chocar con un guarapo se hace bastante difícil, las guaraperas ni proliferan y cuando alguna parece que va a sobrevivir sin más ni más desaparece. No es atarse por completo a una tradición en este caso, el guarapo es un buen rublo para quienes se deciden a venderlo pero no es un negocio que camine, tal vez los fabricantes deban garantizar su campito de caña para que no le falte la materia prima, al menos en el período que va desde el fin del corte de la gramínea, hasta que esta pueda nuevamente tomar tamaño para ofrecer el jugo.
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