¿Cuánta agonía y desesperación para esos; que desde las ciencias médicas buscan alternativas para poder brindar reciprocidad y vitalidad a la niña cabaiguanense Carolina Rodríguez Aquino?; quien desde hace más de tres meses lucha por la vida ante la púrpura fulminante, o meningococemia; enfermedad grave de evolución rápida generada por varios tipos de meningococos, habitantes frecuente de la nariz y la garganta de los individuos sanos que se caracterizada por septicemia, coagulación intravascular y shock y que ocurre cuando el meningococo invade el torrente sanguíneo.
¿Cuánto dolor callado en un cuerpo que ha perdido poco a poco algunas de sus partes? ¿Cuánto sufrimiento se aloja en los familiares cercanos y quienes desde la distancia se asombran de la resistencia titánica de un ser humano que desde que salió desde el vientre materno no ha recibido la luz natural desde el 21 de junio de 2020?
Por: Hugo Crespo Crespo
La púrpura fulminante o meningococemia, es más frecuente en los niños que en los adultos. En pocas horas un niño hasta entonces sano, desarrolla un cuadro de fiebre, decaimiento y manchas violáceas en la piel y la enfermedad progresa rápidamente a insuficiencia circulatoria y depresión de la función cardíaca con caída de la presión arterial, mala irrigación de los diferentes órganos, insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal, trastornos de la coagulación, hemorragias, convulsiones, coma y desequilibrios del metabolismo, todo esto con una magnitud acelerada.
Desde su nacimiento y hasta el primero de octubre de 2020; estuvo ingresada en la sala de neonatología del Hospital Provincial Camilo Cienfuegos de Sancti Spíritus, fecha en que fue trasladada para el Hospital Pediátrico José Martí de esta propia ciudad.
Aquí todas las miradas y actos de buena voluntad estuvieron centrados en el caso, por eso no se pueden mencionar a todos, sería una lista extensa, pero es menester decir que cada uno de los que allí laboran, ya se creen dueños del destino de esa personita que conmovió al más insensible que pueda existir ante el desconsuelo ajeno. Todo paso a paso, miradas tensas, a veces manos temblorosas, indecisiones, pero ante este espeluznante caso; segundo ocurrido en Cuba, hay que actuar como indica el tratamiento.
Cuán difícil para un semejante, tener que cercenar un bracito de aquellos que no habían podido tocar la realidad de un sueño, cuán acerbo luchar contra la acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo que se presentó en su cerebro, cuánta desesperación ante la tentativa de fragmentar dos dedos en el otro brazo debido a la presencia de coágulos en esta extremidad.
Así con la pasión y fuerzas que un ser humano puede tener para enfrentar estas y otras situaciones en la vida, al lado de este combate por la vida; no han faltado las lágrimas de sus seres queridos y otros que sin serlo han sacado desde sus entrañas lo más magnánimo de sus comportamientos.
A su disposición sin costarle un centavo han estado los mejores equipos de la instalación y la voluntad filantrópica de todo el personal de salud de la sala y de provincias vecinas que han asistido esta poco usual dolencia clínica que se ensañó con alguien que no sabe el por qué tuvo que ser la elegida en esta difícil prueba de la existencia, para quien desde allende los mares han enviado un medicamento solicitado por la propia instalación médica y el ministerio de salud cubano para compensar el padecimiento, donde se espera el arribo de otras dosis.
Las familias paternas y maternas han sentido que ante la pesadumbre vivida, sigue existiendo la esperanza de regresar con ella al hogar y a su vez agradecen el apoyo incondicional de médicos, enfermeras y enfermeros, de familiares, amigos, instituciones y hasta pobladores de Potrerillo y trabajadores y directivos de la Empresa de Comercio Municipal de Cabaiguán, que se han sumado a contribuir de forma económica y espiritual con esta prole, a quien un día de junio le cambió el rumbo de su senda, para entregarse por entero a la fuerza telúrica ante la trágica escena de esta enfermedad.
A través de lo más potente de la mente humana quedará siempre estímulo y voluntad para tenerla de vuelta; con la esperanza latente de un retorno al hogar o hasta la última partícula de oxígeno que emane de sus pulmones para irrigar su cuerpo con la sangre aportada por sus progenitores, que a pesar de todo lo sucedido o lo que pueda ocurrir siempre será un motivo para nunca olvidar la tenaz lucha de un ser humano por alzarse de los escollos y apostar por la vida.
A sus familiares fuerza y optimismo, cuenten con miles de personas que de una forma u otra están a su lado, los que no estén físicamente desde la distancia; transmitiremos un hálito de energía para abogar por la salud de un ser tan amado, de una verdadera guerrera por la existencia.
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