Cuando a comienzos de octubre del 2019, mientras limpiaba de troncos y malezas la primera hectárea, la próstata empezó a darle tángana, “fue un mes triste para mí”, expresa Osvaldo Nodarse Pérez, un guajiro que le salieron y se le han caído los dientes en las vegas de tabaco en la finca “El Troncón”, ubicada a seis kilómetros de la ciudad de Cabaiguán, “Pero me llegaron unos medicamentos que me mandaron los nietos y mi hijo y con el apoyo de mi hija y Teresa mi esposa, me dije, echa pa’lante Osvaldo que de los cobardes no se ha escrito nada”
Junto a su socio de laboreo, José Cabrera Pérez (Cheo), ambos contratados por la Cooperativa de Producción Agropecuaria Aramis Pérez, entidad de la que es jubilado Nodarse Pérez hace cerca de 15 años, empezaron la plantación de las primeras posturas el 2 de noviembre pasado y ya esas promedian más de metro y medio de tamaño, listas para comenzar el corte este miércoles 22 de enero.
Por las bondades del terreno, el cual estaba dedicado a la plantación de eucalipto hace 30 años, el experimentado agricultor asegura que a cada mil posturas de la primera hectárea se le pueden cortar 20 cujes de principal e igual cantidad en el primer corte de capadura, así mismo señala que puede promediar en la cosecha tres quintales por cada millar de simientes enterradas en la surquería.
En los inicios, aseguró que se limitaría a plantar 36 mil posturas. En medio de su enfermedad, la familia trató de convencerlo de que no continuara con ese proyecto, que necesidad no tenía de hacerlo, pero “A mí lo que más me ha sobrado en la vida es el capricho y tener la cabeza dura; traté de convencerlos, creo que no pude. Vi que existía más tierra virgen y me confabulé con Cheo para sin hacer mucho ruido irle arriba y pintarla de verde también, ahora ya son tres hectáreas con siembra escalonada, la primera está a punto de ser cortada, aquella, que me da por la cintura, y la otra que empieza a crecer, en total entre él y yo sembramos 120 mil posturas de tabaco”
Los vegueros escogieron la variedad Sancti Spiritus 96, resistente a las tres principales enfermedades que afectan las vegas en nuestro país: la pata prieta, el moho azul y el virus del mosaico del tabaco, además según Luisa Anabel Pino, investigadora de la Estación Experimental del Tabaco en Cabaiguán: “Contribuye a reducir la afectación del medio ambiente, debido a la disminución de aplicaciones de productos tóxicos para el control de enfermedades; con lo cual ayuda a la conservación de la biodiversidad.”
El reconocido tabacalero cabaiguanense, dice haber realizado 28 vegas, con esta, la cual es la quinta luego de haberse jubilado, aunque en sus quince años de asueto, jamás se ha sentado porque atiende cerca de 100 matas de aguacate, más de un centenar de guayabas, y unas seis mil plantas de café dentro de su finquita, “pero cuando empieza el corte de tabaco; tengo que sacar filo a la cuchilla, ese olor me encanta y a mi edad, todavía lleno unos cuarenta cujes diarios en los tendales”, el guajiro también por muchos años fue dirigente de la Asociación Nacional de los Agricultores Pequeños en el municipio, laboró en la esfera porcina a nivel provincial y por corto tiempo en la empresa de acopio del territorio.
Cuando Osvaldo Inocente vive su octava década; en medio del excelente paisaje rural teñido de verde intenso recibe mi última pregunta, ¿Está será su última vega”, sonríe de forma socarrona, pone los ojos de águila, le da candela al cabo de tabaco que hace rato lleva en sus labios, rasga la garganta y responde a secas; “Esta es la vega de los 80”.