Las Fuerzas Armadas Revolucionarias nacidas el 2 de diciembre de 1961, en saludo al desembarco del Yate Granma en Las Coloradas, poseen una estructura, equipamiento y preparación que garantiza el cumplimiento de sus misiones combativas
Por: Lillipsy Bello Cancio
Mucho se ha intentado desacreditar la labor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR): patrañas de todo tipo se han intencionado, casi siempre desde el exterior, contra un ejército conformado en Cuba por el pueblo, el mismo pueblo que se levanta cada mañana a construir un país bloqueado y amenazado por la más poderosa potencia mundial.
Nacidas el 2 de diciembre de 1961, en saludo al desembarco del Yate Granma en Las Coloradas, poseen una estructura, equipamiento y preparación que garantiza el cumplimiento de sus misiones combativas y además permite el empleo de sus integrantes en actividades de provecho para el desarrollo económico del país y para la protección del medio ambiente. Están integradas por las Tropas Regulares y las Milicias de Tropas Territoriales, y cumplen sus misiones durante la lucha armada en cooperación con los órganos y unidades del Ministerio del Interior y las Brigadas de Producción y Defensa.
Pero, las Fuerzas Armadas de esta Isla son mucho más que eso: un prestigio construido a base de esfuerzo y consagración les ha permitido incidir e involucrarse en cada una de las tareas y áreas de la vida económica, política y social cubanas.
En sus unidades se forman los jóvenes, no solo desde el punto de vista militar: más de un testimonio da fe de la manera en que la disciplina, el orden y la exigencia moldean la personalidad de quienes transitan por un servicio, obligatorio para los varones (siempre que estén aptos física y mentalmente) pero al que también acceden no pocas muchachas en la búsqueda también de opciones de superación, a las que por otras vías no pudieron acceder.
Y es que las Fuerzas Armadas Revolucionarias poseen una amplia red de centros docentes que se encargan de la preparación de los cadetes y oficiales que posteriormente formaran parte de las unidades militares que pertenecen a este ejército. Estos centros se dividen en dos niveles de estudio: las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos (nivel medio) y las Instituciones Docentes de Nivel Superior de las FAR.
Pero los últimos tiempos han estado más que nunca al servicio de su pueblo: enfrentando la COVID, respaldando las labores en el campo para contribuir a la alimentación de su gente, recogiendo los escombros que dejan los ciclones, apoyando la higienización de las comunidades o accionando durante la reparación de una institución sanitaria como el Hospital Psiquiátrico Provincial, ubicado precisamente en predios cabaiguanenses.
Todo ello, gracias a esos paradigmas que nos han enseñado sus antecesores y fundadores y que confirman que la resistencia sólo es posible si se mantiene la unidad en torno al proyecto que se defiende y si las organizaciones rectoras de la vida social y política del país desempeñan correctamente su papel como agentes unificadores, de manera tal que permita neutralizar cualquier intento de división de las fuerzas populares que sostienen el proceso abierto el 1 de enero de 1959.Si dicha unidad se sostiene, se obtendrá el tiempo necesario para cimentar los órganos de decisión colectiva sobre los que se construye el nuevo poder en el Estado, al tiempo que se refuerza el potencial militar.
Si existe una base unitaria que permita la resistencia del conjunto de la sociedad en defensa del proyecto para preservar la soberanía de Cuba, el siguiente paso en la estrategia militar es hacer de la resistencia una herramienta que profundice en el grado de conciencia de los ciudadanos de forma que resistir es ya una forma de victoria.
No se tratará a la horade contener una agresión militar sólo de intentar contenerla, hecho complejo si la agresión procede de una potencia militar superior a la República de Cuba, de obtener la victoria delas distintas acciones combativas, sino de conseguir que el enemigo no obtenga la victoria completa, que no pueda ser aniquilada la resistencia, que se empleen todos los medios de resistencia al alcance de los cubanos para poder evitar ser doblegados. Esa, sin lugar a dudas es la esencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas.
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