viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad
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Papo, cuanto nos quisiste, cuanto te quisimos

Ve donde los buenos, Papo, marcha coronado de las caricias, de los besos, de la admiración del pueblo que tanto te ama

Por: Aramis Fernández Valderas

¿Quién dijo que fueras diferente?, ¿Quién dijo que no eras como todos?, ¿Quién dijo que pocos te conocían?, ¿Quién no te sabe inmenso?. Tal vez no te lo decían por tu modestia, porque no le hacías caso  a tantos  halagos.

Papo, que grande eres, que manera de estar incrustado en la idiosincrasia  de este pueblo.  Niño inmenso que nos ha dicho adiós y en realidad no puedo decir la causa, para mí es desconocida, hace algún tiempo no te veía.

Pero todos los que transitamos como alumnos o profesores en la Filial Pedagógica Silverio Blanco Núñez en Cabaiguán te conocimos, tal vez cada uno tenga una anécdota tuya, guarde un pedazo de tu risa, un guiño de ojo para  las muchachas, o una invitación al combate a los varones, pero no era combate  por bronca, ni por estar disgustado, era para ver quien daba el abrazo más duro, tu siempre ganabas, lo dabas con el corazón.

La razón de ser querido, era que también tenías esa inmensa madurez para brindar tu amor, no solo a tus padres a los que eras incondicional, ellos también lo eran contigo. Los familiares sin distinción te tenían en el primer escaño de sus amores y para los amigos, que pasaban de miles eras y eres una especie de estrella.

Sin lugar a dudas se marcha uno de los mejores  hijos de esta tierra, el niño extraordinario, el hombre digno, el símbolo del amor sin intereses, el cuerpo sin cupo para la malicia. Ve en paz Papo, seguiremos riendo de tus ocurrencias, recibiendo tus besos y consintiéndote tus caprichos.

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