Treinta y tres años han transcurrido desde que el 7 de diciembre de 1989, los cubanos rindieron tributo póstumo ante los restos de los cubanos caídos en otras tierras en cumplimiento de sus deberes internacionalistas.
Por: Redacción Digital
Los cabaiguanenses, como todo el pueblo de Cuba, escogieron el añejo edificio del Gremio de Escogedores de tabaco para disponer la colocación de los restos y las ofrendas.
Todo el proceso organizativo fue rectorado por el Partido Comunista, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, así como las organizaciones políticas y de masas, organizaron el gran desfile del pueblo que acudió en masa a recordar y a dar el último adiós a sus hijos, que a partir de entonces, reposan para siempre en el Cementerio Local.
Entre los numerosos restos de combatientes que retornaron a su patria están los de Pablo Lázaro Abreu Cruz, joven ejemplar que al cumplir el servicio Militar General en 1980 fue ubicado como profesor de Preparación Militar en el Pre-Universitario Miguel Diosdado Perez Pimentel de Sagua la Grande.
Al año siguiente solicitó su traslado para el IPUEC Beremundo Paz Sánchez y asumió la el cargo de Jefe de Cátedra y Secretario del Comité de Base de la UJC.
En agosto de 1982, marchó a cumplir misión internacionalista en la República Popular de Angola. Apenas había transcurrido un año cuando cae en combate el 14 de septiembre mientras defendía su posición en el puente de Huango.
Este 7 de diciembre nuevamente hombres, mujeres y niños recorrerán las principales calles de Cabaiguán hasta la necrópolis municipal donde serán colocadas las colocarán ofrendas florales a los mártires caídos.
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