“…Con informaciones deportivas su corresponsal Juan Álamo Barroso, Juan, Buenos días, te escuchamos…” Así lo presentan cada mañana en La Voz de Cabaiguán.
Juan Álamo Barroso es uno de los personajes populares que
penetra diariamente en los hogares del pueblo y un poquito más allá. Pirolo,
como se le conoce popularmente, nació en la finca El Zaino (1971), cerca de
Santa Lucía. Es huérfano de madre desde pequeño y fue el abuelo quién lo cuidó.
“…Mi abuelo me puso Pirolo y la radio me devolvió el nombre, él me cuidaba,
pero también murió rápido y prácticamente me crié solo…” comentó en cierta
entrevista un tiempo atrás.
Su popularidad en parte está marcada por el aspecto un tanto descuidado al
acicalarse o vestir, la forma de caminar rápida, en punta de pies, inclinado
hacia delante y su volumen verbal que es elevado. Para unos es un loco más del
pueblo, para otros (entre los que me incluyo), es un abnegado corresponsal
deportivo que de forma voluntaria y empírica ya cuenta con 20 años de
experiencia. Ha tributado informaciones para todas las emisoras provinciales
del país y las emisoras nacionales incluyendo Radio Rebelde.
Este cabaiguanense es un duende que se “cuela” en cuanta rendija cultural se
abre. Animador de guateques campesinos, presentador en peñas campesinas,
animador del estadio de beisbol Mártires de Cabaiguán y trabaja con niños en la
motivación por el deporte en toda la zona de Santa Lucía.
¿Quién no ha reído con sus tropiezos y ocurrencias?
En cierta ocasión formaba parte del equipo de realización del noticiero
deportivo de la emisora provincial y tras el locutor hacer su presentación
formal, Pirolo comienza desde Cabaiguán a dar lectura a la información
deportiva “…El equipo de la CPA Nueva Cuba, ganó a su similar de, de, eh, eh,
eh,..” se interrumpe la comunicación e inmediatamente se escucha:
¡Querido oyente le ofrecemos disculpas, pues hemos perdido la comunicación con
Juan Álamo desde Cabaiguán por fallas técnicas, estamos a la espera de
restablecer la conexión!
¡Jamás comunicó!
Lo que no supo nunca el enojado director del espacio fue la verdadera causa por
tan repentina interrupción. Días después me comentó: ¡No hubo ninguna causa
técnica, fue que había un ventilador donde estaba leyendo la noticia y el aire
me “voló” el papel y colgué!
A Juan Álamo Barroso (Pirolo), lo que si no se le ha “volado” nunca es su
constancia y amor como corresponsal deportivo en función de este pedazo de
tierra que lo vio nacer. Mi respeto por su dedicación.