La producción y comercialización de alimentos en Cabaiguán transita por un camino plagado de inconvenientes, mas, contra viento y marea continúa siendo hoy una prioridad para directivos del sector y para los propios campesinos
Por: Lillipsy Bello Cancio
Harto de espinas está el camino de la producción y comercialización de alimentos en Cabaiguán: escasez de insumos y combustibles, impagos reiterados a productores, falta de efectivo para solventar deudas y hasta cuestionamientos relacionados con la capacidad de liderazgo o envejecimiento de la mano de obra no le faltan a un sector que, contra viento y marea hoy es de los que está en la primera línea del combate.
Y cuando hablo del campesinado cabaiguanense no me refiero únicamente a esos grandes productores con interminables extensiones de tierra, fincas envidiables y utilidades millonarias capaces de garantizar comida a medio pueblo y lugares aledaños, sino también a ese otro puñado que desde sus escasas hectáreas de tierra y con un par de animales logran también sacarle frutos a la tierra y aportar al desarrollo de su familia y a la alimentación de sus barrios, de su comunidad y de su municipio.
Por eso pienso que, unos y otros deberían ser todavía más protegidos… y digo “más”, porque ciertamente el Estado Cubano lleva algunos años adoptando medidas para impulsar la agricultura y perfeccionar la comercialización, estableciendo precios diferenciados para aquellos recursos que determinan en la salud de un enfermo, y poniéndole el “buchito” de combustible, la gota de líquido y el puñado de semillas que precisa para garantizar la comida del pueblo.
¿A qué cuestiones se refiere específicamente este comentario? A que tienen que terminar de materializarse las correcciones que con respecto al impacto de la bancarización en el campesinado se han anunciado desde el primer momento, a que cuando un campesino asiste a la feria a vender sus producciones de manera directa tiene que ser controlado pero no “abusado”, a que los intermediarios no pueden seguir teniendo más utilidades que el productor…. Y así una larga lista, interminable de insatisfacciones, que le he escuchado a quienes todos los días se levantan a producir, que se desvelan cuidando el ganado y para quienes les da lo mismo sea día de su cumpleaños que Noche Buena.
Cierto es que también persisten insuficiencias del lado de allá, y que van desde una ilógica resistencia a la aplicación de la ciencia y la tecnología a la producción, hasta la falta de iniciativa para encontrar soluciones ante los mismos problemas que enfrentan todos, y que a veces hasta tiene que ver con el acomodamiento a ingresar dinero fácil.
Hay que continuar perfeccionando el funcionamiento de los comités de contratación y los precios de todo aquello que se produce en este territorio, porque ¿son realmente los precios que tenemos hoy en nuestros mercados a los que puede aspirar Cabaiguán? No son tiempos para darnos el lujo de dejar de comercializar nuestros productos. Hay que aprovecharlo todo. No se pude desechar ninguna cosecha y aumentar la oferta es la única manera existente para que disminuyan los precios…. Aunque un poquito de control a los “revendedores” no le vendría nada mal, pero ese es tema ya para otro comentario….
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