Durante los últimos tiempos lo mismo se interrumpe la telefonía fija, que los servicios de datos móviles y la conexión a Internet. Escambray buscó respuestas en Etecsa a estas problemáticas
“Desde que se va la corriente también se nos va el tono del teléfono fijo, si vas a mandar un audio por WhatsApp está tremendo rato para que salga, Facebook te dice que no tienes conexión y navegar por Internet todavía se hace más imposible”, se lamenta Isabel Hernández con otra vecina en el barrio Aeropuerto, ubicado en la periferia de la ciudad espirituana.
Sucede que, durante los últimos tiempos, muchos usuarios reportan deficiencias en los más diversos servicios de las telecomunicaciones a cualquier hora del día en el territorio. Para indagar las causas y posibles soluciones Escambray dialogó con Gustavo López Cruz, jefe del Departamento Comercial en la División Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) en Sancti Spíritus.
“La compleja situación que viene enfrentando el sistema electroenergético nacional, con un déficit significativo en la capacidad de generación, tiene un impacto negativo en todos los servicios de telecomunicaciones, con afectaciones a la telefonía básica, en la cobertura celular, en la velocidad de la conexión y en el acceso a Internet, entre otros. Todo el equipamiento del sistema de telecomunicaciones funciona con energía eléctrica y cuando esta falta, al no existir las suficientes fuentes de respaldo, comienzan las interrupciones y las afectaciones”.
¿Entonces los equipos de Etecsa no cuentan con una opción alternativa para mantener sus servicios cuando llega el apagón?
Los equipos de acceso, es decir, las centrales telefónicas y las radiobases en su totalidad, están diseñados para tener un sistema de respaldo para un tiempo limitado, para una afectación breve en torno a las cuatro horas. Este respaldo generalmente es con baterías y en algunos casos donde las condiciones lo permiten, en sitios de mayor importancia, existen grupos electrógenos que permiten respaldo para un tiempo mayor, que puede ser de días o semanas incluso.
De los 66 sitios que tenemos en la provincia que hoy brindan servicio —grandes centrales telefónicas y gabinetes—, solamente 26 cuentan con un respaldo de grupos electrógenos y eso representa menos del 40 por ciento. El resto depende únicamente de las baterías y de acuerdo con su estado puede ser mayor o menor el tiempo de duración del servicio cuando se va la corriente.
En el caso de las radiobases suman 85 en la provincia y el porciento de estas que tiene respaldo con grupo electrógeno es apenas de un 30 por ciento. El resto tiene solo baterías y se afecta mucho por la falta de energía eléctrica.
Las baterías están diseñadas para dar un respaldo de horas. En el caso de los gabinetes, cuando las baterías se instalaron nuevas, como promedio podían superar incluso las cuatro horas de respaldo ante una falla eléctrica. Pero, el uso reiterado, los ciclos de carga y descarga que es lo que las va afectando y se han intensificado en los últimos años por el déficit de generación eléctrica, eso ha provocado que se hayan deteriorado significativamente. En algunos lugares ya este respaldo es de muy pocas horas, minutos e incluso hay sitios donde el deterioro es tan alto que cuando se va la corriente se apaga al instante el equipamiento de telecomunicaciones.
Esto también depende del lugar, el horario, el nivel de tráfico que tenga. No es lo mismo si la afectación ocurre en el horario de la madrugada, cuando no hay muchos usuarios conectados a la radiobase o haciendo uso del teléfono o del servicio Nauta Hogar y por tanto el equipo puede estar un poco más de tiempo activo; que cuando la afectación sucede en un momento pico de consumo, con muchas conexiones que demandan más energía a las baterías y, por lo tanto, va a durar menos el tiempo de respaldo.
¿Qué afectaciones fundamentales implican los apagones para las telecomunicaciones aquí?
Cuando se afecta alguna de estas radiobases en el caso de la telefonía móvil no solo se afecta la cobertura en la zona, sino que existe un impacto en toda el área. Por ejemplo, en la ciudad de Sancti Spíritus, donde tenemos más de 20 radiobases y cada una cubre determinada área, con el tráfico balanceado en esa zona, cuando se apaga alguna de ellas el usuario continúa recibiendo señal de otras que están cercanas, aumenta el tráfico en esas y se deteriora la calidad del servicio.
En otros lugares, por la distancia a que se encuentra el usuario del resto de las radiobases, la señal que recibe es de muy baja intensidad y con la falta de fluido se deteriora significativamente porque ya no puede recibir la cobertura 4G. Se mantiene solo recibiendo con calidad la 2G, que sí permite realizar llamadas de voz, estas generalmente no tienen un deterioro en las zonas urbanas.
Pero, en las zonas rurales cuando se afecta una radiobase, que es la única que da cobertura incluso 2G, sí puede haber un deterioro total en el servicio de datos y de voz porque se queda sin cobertura.
¿A quiénes beneficia la protección con los grupos electrógenos?
El respaldo con los grupos electrógenos generalmente está en las cabeceras, en los centros principales de cada municipio y en algunos poblados como Guayos, por la cantidad de habitantes que tiene; o en los antiguos centros donde tradicionalmente existían, como Santa Lucía, Iguará y Venegas, allí logran respaldar los sistemas de comunicaciones por un mayor período de tiempo.
Todas las inversiones que se han realizado en los últimos años, tanto en las radiobases como en los gabinetes, en nuevos sitios donde no hay una infraestructura civil amplia o propia de Etecsa no cuentan con grupos electrógenos, muchas veces los equipos son ubicados en exteriores porque vienen diseñados así y solo para tener baterías. Pero, como ya explicamos, estas se han ido deteriorando con el tiempo, no ha sido posible reemplazarlas y es por eso que ocurren estas afectaciones cuando falta el fluido eléctrico.
Hemos recibido algunas opiniones de lugares donde, después de restablecerse el servicio eléctrico, los teléfonos fijos se mantienen fuera de servicio por algunas horas más.
Han existido problemas puntuales, por ejemplo, en el gabinete del Camino de Santa Cruz, por una falla en los elementos del sistema de alimentación, cuando se restablece el sistema eléctrico, este ha fallado y de forma automática no ha recuperado la capacidad de alimentar al equipo. Entonces, ha sido necesario que acudan allí los técnicos de la empresa y han percibido que la recuperación de la telefonía tarda tres, cuatro o más horas. Pero, hace alrededor de 10 días que allí se dio una solución, después se ha estado monitoreando y esa situación no se ha reiterado.
¿Qué tiempo debe transcurrir entre el restablecimiento del servicio eléctrico y la recuperación de las telecomunicaciones?
En el proceso de reinicio, cuando se restablece el fluido eléctrico, por lo general estos equipos no deben tardar más allá de 5 minutos en recuperarse, tanto la señal de la telefonía móvil como de la telefonía fija.
Puede ocurrir que algún sector de la radiobase o alguno de estos equipos, que son de mucha complejidad y no están diseñados para ser apagados, reiniciados y encendidos tantas veces a la semana —a veces hasta tres y cuatro veces en el día—, pueda tener alguna falla, como que se queda mareado y eso provoque puntualmente en determinado momento una interrupción, entonces demora más en restablecerse el servicio porque tienen que acudir allí los especialistas para hacer una operación manual o alguna acción sobre el equipamiento.
¿Qué posibilidades reales tiene Etecsa hoy de reponer las baterías afectadas y proteger sus servicios durante un apagón?
No es posible en la actualidad reponer todas esas baterías que se encuentran afectadas en las radiobases y en los gabinetes porque no existe en el país financiamiento para ello. Pero, incluso si se dispusiera de ese dinero y se ejecutara esa inversión —que incluiría en el país a miles de sitios—, realmente no sería un dinero bien gastado si no se recupera la capacidad del sistema electroenergético y se restablece la generación normal porque las baterías se volverían a deteriorar todas en apenas meses al continuar sometidas a ciclos reiterados de carga y descarga, no podrían durar los años que deben durar cuando funcionan como está previsto.
Realmente la solución a toda esta problemática vendrá cuando se resuelvan las dificultades que enfrentamos hoy con la generación eléctrica en el país. Después, en la medida que se disponga del financiamiento, se priorizarán los sitios que cubren mayor cantidad de habitantes e incluyen mayor cantidad de servicios para ir restableciendo las baterías paulatinamente, pero ya bajo condiciones normales de funcionamiento. (Tomado de Escambray)
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