jueves, septiembre 19El Sonido de la Comunidad

Precios inflados que no juegan con el bolsillo

El tema de los precios y su vertiginosa subida, que no tiene para cuando parar, es una preocupación de todos los cabaiguanenses que esperan por soluciones que abaraten los costos y los productos tengan valores más asequibles a los bolsillos  

La subida de los precios a valores cada vez menos asequibles para la mayoría es un asunto que no puede tratarse a medias tintas.

Por: Lillipsy Bello Cancio

“Los precios están regulados por el Decreto 30 y por la resolución 225 dictada en el 2024 por el Ministerio de Finanzas y Precios”: Aseguró Yulema Acedo Lazo, Viceintendente de este municipio, encargada de las globales de la economía…y ciertamente es así, o al menos debería serlo pero ya sabemos que según reza el refrán, del dicho al hecho, hay un muy buen largo trecho… y cuando de precios se trata, resulta abismal la distancia.

Claro, que cuando de este tema se habla todo el mundo (y cuando digo “todo el mundo” me refiero a los organismos con responsabilidad en el control de los precios) tiene identificado el problema y los principales violadores de todas las disposiciones habidas y por haber, y cuanto diagnóstico sea necesario recibe inmediatamente una respuesta.

Pero la cuestión más preocupante hoy en cada rincón de este país es asunto harto complejo: no basta con identificar los incumplidores, establecer leyes, reglamentes y estatutos; no es suficiente que se tomen en cuenta todos y cada uno de los indicadores que implican gastos para los inversores, no bastan las flexibilidades arancelarias: el día a día demuestra que continúa siendo el control es eslabón perdido donde los consumidores siguen llevando la peor parte.

Que el escenario es complejo puede parecer frase manida o cliché sobrevalorado, pero para nadie es un secreto que ni los inspectores son suficientes, ni todas las veces están lo suficientemente preparados; que por más ganas de trabajar que tengan y de hacer los cosas bien y de “comerse al mundo” y de enfrentar a los carretilleros, si cuando le preguntan el precio pagado por un producto a un cliente y este se parcializa a favor de su victimario…aquel no tiene nada que hacer, esto sin contar que la realidad supera siempre cualquier fantasía posible: «Muchas veces los precios topados varían en un lugar a otro y si el boniato, por poner un ejemplo, está aquí a 30 pesos y en Sancti Spíritus a 28, nosotros no podemos ponerlo a 25 porque se lo llevan y se vende en Sancti Spíritus más caro y nos quedamos sin el producto aquí en Cabaiguán”, señaló Acedo Lazo.  

¡Claro, que algunas cuestiones podrán pasar por un análisis en el que los valores que nos definen en tanto seres humanos superen ese lado salvaje que alguien dijo que teníamos todos! ¿A qué me refiero? Si el dólar no ha subido, tal y como han justificado siempre los “cuentapropias” cada vez que han querido incrementar un precio: ¿por qué un paquete de café que hasta ayer costaba mil pesos, hoy ya le obliga a desembolsar 250 más? ¿De qué otro lugar salen los huevos que hasta hace un par de días se cotizaban a 2300 o 2500 pesos el cartón (un costo dolorosamente astronómico, de otra galaxia) y de un día a otro subieron a 3 000? Es cierto que no hay azúcar en la bodega, pero, ¿es esa razón suficiente para en un “abrir y cerrar de ojos” de 250 pesos subirla a 330? A este paso, no harán falta más epidemias, terremotos o que caiga un meteorito y desaparezca el planeta. Antes, al menos en este pedazo de Cuba nos habremos devorado los unos a los otros… y para cuando ese momento llegue la contemplación, el descrédito infundado y la indolencia habrán ganado… ¿Estamos dispuestos a aceptar la derrota?

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