Hasta nuestros días llega el agradecimiento de los cabaiguanenses a todas las figuras de la política, el comercio y la cultura que intervinieron en la decisión de construir el paseo en la vieja Avenida de Placetas.
Por: Daisy Martín Ciriano (Licenciada en Historia)
Esta hermosa obra atrajo por mucho tiempo las principales actividades de la juventud durante el siglo pasado, pero desde los primeros meses de la construcción del Paseo el gobierno local realizó pronunciamientos para su preservación.
Después de que el Ayuntamiento notificó el 6 de mayo de 1931 su total terminación también dispuso el nombre de Carlos Miguel de Céspedes para identificarlo y recalcó en su sesión ordinaria que la obra en cuestión era ejemplo fecundo de las grandes iniciativas de los hombres de este pueblo. Igualmente enunció que se tomarían medidas para la colocación de los bancos y se regularían los accesos que pudieran dañarlo.
El 3 de febrero del siguiente año apareció la primera restricción de cruces por el tramo del paseo. Se prohibió terminantemente el cruce de carretas y ganado a los vecinos de Neiva y de Sagrera, al igual que de otros territorios de la jurisdicción.
Lo anterior fue motivo de trastornos para los cosecheros y ganaderos del territorio que movían las carretas cargadas de tabacos y otros productos o los lotes de ganado, pero prontamente buscaron otras alternativas para no afectar su economía y tampoco a la recién inaugurada construcción. Hoy después del supremo esfuerzo realizado para su restauración por las autoridades locales la juventud vuelve a recrearse en su espacio tanto durante el día como en las horas nocturnas, mientras que todos debemos velar por su preservación.
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