viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad

Primero de Mayo en Sancti Spíritus: La casa, la plaza

La crisis sanitaria impuesta por la COVID-19 convirtió los hogares espirituanos en escenario peculiar para celebrar el Día del Proletariado Mundial.

Extrañamos el desfile de pueblo casi eterno frente al General de las tres guerras en la Plaza de su Revolución, antes mambisa, hoy fidelista. Extrañamos al hijo a horcajadas sobre los hombros del padre, la inmensa bandera cubana ondeando al compás de la marcha, las palmas reales erguidas y vigilantes a los lados de la explanada. Extrañamos los jinetes con sus sombreros vaqueros domeñando los caballos, la conga con el repicar de tambores y la trompeta anunciando que Yayabo está en la calle.

La celebración del Primero de Mayo no pudo ser como siempre, pero fue. Es sabido que la COVID-19 dictó la última palabra e impuso el aislamiento social. Aun así, nuestras casas sirvieron de plaza; en puertas, ventanas y balcones flameó la bandera soberana, y en algún que otro hogar renació La Internacional, con sus versos de Eugène Pottier, musicalizados por Pierre Degeyter.

En muchos lugares, Buena Fe recordó a los Valientes, a los que vinieron a darle un beso al mundo y nada más, a quienes aman a su país como a sí mismos, también diría el poeta. Lógico que este día proletario se lo dedicáramos especialmente a ellos, a los que están en las zonas rojas en las instituciones sanitarias en claro duelo contra la muerte; a los que, igualmente con batas blancas, en sus puestos no tan riesgosos siguen blandiendo su sabiduría para fortuna de la existencia humana.

Como ya es tradición los centros laborales se engalanaron en espera del Primero de Mayo. (Foto: Reidel Gallo/ Escambray)

Este viernes festejamos las vidas ganadas a la pandemia; la molida enorme de los azucareros, que los trajo de vuelta a la tradición cumplidora; reconocimos a los agricultores que piensan y hacen por la mesa de los espirituanos, a los maestros y profesores que desde sus casas continúan llevando de la mano a los alumnos.

En fin, celebramos cada acto generoso, venga de este oficio o aquella profesión que busque salvar a este país y su gente; salvarlos, incluso, de tanto hostigamiento económico y bombardeo mediático, venidos del “Norte revuelto y brutal” que nos desprecia, como hace 125 años lo alertara el Maestro Martí.

Cumpliendo con la convocatoria del Presidente de Cuba, los espirituanos celebraron el Primero de Mayo desde sus casas. (Foto: Reidel Gallo/ Escambray)

Comprensible, inobjetablemente, aquella estrofa llameante de otro poeta, Fayad Jamís: Por esta libertad,/  bella como la vida,/ habrá que darlo todo;/ si fuere necesario/ hasta la sombra,/ y nunca será suficiente.

Compartir:
Salir de la versión móvil