Astaná, 10 ene. El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáev, aseguró este lunes que su país se enfrentó a «un intento de golpe de Estado» y que «todas las hostilidades fueron coordinadas desde un centro». De acuerdo al mandatario, los preparativos para los disturbios que se registraron en Kazajistán a lo largo de los últimos días se llevaron a cabo durante un tiempo prolongado y la ola de las protestas violentas se alzó «como por una sola orden».
Tokáev enfatizó que se trata de la peor crisis que ha vivido el país en toda la historia de su independencia. «Durante varios días de enero, Kazajistán ha experimentado una crisis a gran escala. Se ha convertido en la más grave en los treinta años de historia desde la independencia», comunicó, agregando que las demandas políticas fueron escuchadas y cumplidas. El secretario de Estado de Kazajistán afirma que el país se enfrentó a «un ataque terrorista híbrido» con la posibilidad de un golpe de Estado
«Bajo el manto de protestas espontáneas, se desarrolló una ola de disturbios masivos. Como bajo una sola orden se manifestaron radicales religiosos, criminales, bandidos y pequeños alborotadores. Estamos hablando de un intento de golpe», aseguró durante una reunión virtual con el Consejo de Seguridad Colectiva de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) celebrada para tratar la crisis en Kazajistán.
El mandatario aseguró que durante los disturbios se realizaron intentos de apoderarse de armamento y equipos militares, 16 agentes de la ley fueron asesinados y hubo un número de víctimas civiles aún por determinar. Según Tokáev, en las acciones violentas participaron directamente terroristas, entre ellos los militantes extranjeros, que actuaron con crueldad extrema e incluso llegaron a decapitar a dos soldados.
Por otra parte, en sus declaraciones el mandatario agradeció la ayuda que brindaron a Kazajistán los países de la OTSC y enfatizó que gracias a sus fuerzas se pudo normalizar la situación en la ciudad de Almatý, que esta semana se convirtió en el principal foco de tensión durante de los disturbios. Tokáev también dio las gracias al presidente ruso Vladímir Putin por su ayuda para resolver la situación actual y comunicó que el orden constitucional en el país ha sido reestablecido.
Las protestas en Kazajistán desembocaron en violencia, enfrentamientos con la Policía y saqueos. El mandatario ha reiterado que en el país operan «bandidos y terroristas» que han sido preparados en el extranjero y ha recalcado que con «delincuentes y asesinos» no se negocia.
Lo que empezó justo después del Año Nuevo como manifestaciones contra el aumento de los precios del gas licuado de petróleo pronto adquirió un cariz político, con exigencias para apartar del poder a todos los corruptos y mejorar el nivel de la vida de la población.
Las protestas masivas estallaron inicialmente en la ciudad de Janaozen (provincia de Mangystau), pero pronto se propagaron a Aktau (capital de la misma provincia), así como a la ciudad capitalina de Nursultán, la urbe más grande del país Almatý, Aktobé (capital de la provincia homónima), Taldykorgan (capital de la provincia de Almatý), entre otras urbes y localidades.
(RT)