Lograr la participación popular en las acciones previstas como parte del programa de transformación de barrios y comunidades constituye una de las premisas del Gobierno en Trinidad
El programa de transformación de barrios y comunidades —con un hondo espíritu fidelista— aspira no solo la a recuperación de inmuebles y espacios en los escenarios locales; plantea como desafío mayor el de seguir articulando todas las vías posibles de participación popular en el diseño y búsqueda de las soluciones para hacer sostenibles las mejoras.
La esencia, además de concentrar recursos y fuerzas en acciones constructivas y de mantenimiento, es convocar, sumar y entusiasmar a los vecinos que terminan casi siempre siendo protagonistas del cambio.
Bajo esas premisas marcha este programa en Trinidad, donde se ejecutarán en el presente año 18 600 000 pesos en diversas acciones, desde la reanimación de bodegas, consultorios médicos, centros educacionales hasta la reparación de viales, la construcción de parques infantiles y la atención a familias con problemáticas sociales complejas en los asentamientos de Tres Palmas, perteneciente al Plan Turquino, y Santiago Escobar y Manuel Sanguily, muy próximos a la cabecera municipal.
ROSTROS DE LA TRANSFORMACIÓN
Angélica, Lina y Érika son las primeras en llegar a los columpios del parquecito infantil que estrena la comunidad con nombre de uno de los patriotas de la legendaria caballería mambisa. “Está muy lindo; vamos a jugar”, casi dicen a coro y se pierden entre la algarabía de todos.
Yamisleisys Marcos, la madre, se divierte tanto como ellas. “Los niños necesitan divertirse”, dice y se refiere al espacio construido por la Unidad Empresarial de Base de los Servicios Comunales y que fue concluido como parte de la primera etapa de los trabajos en este poblado a la orilla de la ciudad.
Mientras Escambray constata el entusiasmo de los vecinos, indaga también en el origen de esta comunidad creada por la Revolución en el año 1964, perteneciente al Consejo Popular de Purísima y donde se ubica el restaurante La Chorrera, con fama bien ganada entre lugareños y visitantes. Su presidenta, Osnedy Valmaceda Medina, atiende por igual las seis circunscripciones y conoce los reclamos de sus electores.
“El abasto de agua, el estado de los viales y el alumbrado público estaban entre las principales insatisfacciones. Algunas de estas y otras cuestiones se solucionaron a partir, sobre todo, del diálogo y el entendimiento común”, asegura y pone como ejemplo la decisión de situar una llave en un tramo estratégico de las redes de distribución para garantizar ciclos de entrega del preciado líquido que no exceden los cinco días.
Otros problemas demandan recursos y planificación, como es el caso de la reparación de los viales en asentamientos que forman parte de esta circunscripción e intransitables hasta hace muy poco. Luis Berroa, director de la Unidad de Servicios Comunales, no desconoce las fuertes limitaciones con el combustible y los equipos, pero se han priorizado estas labores por el impacto que tienen en el vecindario.
Si la comunidad Manuel Sanguily luce ahora alumbrada se debe al apoyo de la Unidad Básica de Producción Cooperativa Frank País, una de las entidades situadas en esa demarcación y que, al beneficiarse por un proyecto de colaboración, proporcionó luminarias y bombillos led para uso familiar y colectivo, así como otros insumos distribuidos entre los más de 270 residentes en el poblado.
POR LA RUTA DEL TRABAJO COMUNITARIO INTEGRADO
La transformación —que va más allá de solucionar problemas de carácter estructural y material— requiere asimismo del control popular como herramienta para evaluar la calidad de las labores y de los servicios que se prestan en los barrios, así como del fortalecimiento de las estructuras de las organizaciones en la comunidad.
La estrategia rumbo a la materialización de estos propósitos se denomina trabajo comunitario, una fórmula que, al decir de María Elena Gutiérrez, la delegada de esta circunscripción, ha comprometido a la mayoría de los vecinos en la solución de los planteamientos o en la búsqueda de alternativas ante el déficit de no pocos recursos.
Las acciones no han concluido —explica—, pero se sigue avanzando. Era un sueño para todos en la comunidad contar con un hermoso parque infantil que ya disfrutan los niños o la recuperación de los caminos hasta La Chorrera o Maisinicú. En el programa se incluye la reanimación de la parada, la construcción de dos áreas deportivas, el Círculo Social y una posta médica.
Ana María Torres, una de las vecinas agradecidas por las mejoras, señala el área donde se construirá el local para que el médico, perteneciente al consultorio de Félix Salabarría, atienda en días alternos a los pacientes del área. “Hasta este momento lo hace desde una vivienda y nunca ha fallado, pero no son las condiciones ideales”, se lamenta mientras habla con orgullo de la solidaridad que se respira en el asentamiento.
Ser parte de la transformación entusiasma a Irene Acosta Miranda, una de las 20 alumnas del recién creado círculo de abuelos atendidos por un profesor del Inder. “Claro, mi hija, es una idea buenísima; nos ayuda mucho para mantener la salud y la alegría de vivir”, dice con tono optimista.
PROBLEMÁTICAS SOCIALES TAMBIÉN EN LA MIRA
Las transformaciones en barrios y comunidades con múltiples vulnerabilidades en Trinidad no pueden desligarse de un enfoque humano e integrador. Lo reconoce Tania Gutiérrez Fontanills, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular, quien insiste en la intensión de diagnosticar todas las situaciones sociales y definir acciones para resolverlas o darles tratamiento.
“No ha sido un proceso estático, pues en la medida que se avanza aparecen problemáticas y limitaciones; de ahí que en las propuestas de solución se deban evaluar proyectos que incorporen a los nuevos actores económicos, con responsabilidades y compromisos en los escenarios locales”.
La comunidad Manuel Sanguily constituye un lugar privilegiado, según María Elena, la delegada. Con el acompañamiento de los trabajadores sociales y del resto de las organizaciones de masas, además del apoyo de numerosas entidades, entre ellas la UBPC Frank País y Servisa, ambas en el entorno comunitario, se les ha brindado mucha ayuda a las familias vulnerables, en particular a las 10 madres con tres hijos o más.
Una de ellas, Yaneisy León Calderón, agradece el apoyo y la entrega de varios recursos. “Ahora estoy en los trámites para obtener la propiedad de mi casa”, dice con lágrimas en los ojos.
El arte y la cultura llegan también a la comunidad de Manuel Sanguily de la mano del trovador Félix Cintra, de artistas aficionados y de otros proyectos. Así, con esos retazos que deleitan el alma se dibuja la cotidianidad de este asentamiento a solo unos pasos de playa La Boca.
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