Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Al confirmarse un caso positivo a la COVID-19 en el hospital materno-infantil Wifredo Zayas Mendoza de Cabaiguán se adoptaron a tiempo medidas para cortar la cadena de transmisión de la enfermedad en el centro que suspendió temporalmente sus servicios, excepto las urgencias.
El doctor Ángel Luis Obregón Martínez, director de la institución, aclaró que “al conocerse el diagnóstico de la enfermera que labora en la sala de obstetricia aislaron a sus contactos en establecimientos creados en el municipio, mientras los pacientes que mantuvieron nexos con ella permanecen en vigilancia epidemiológica en la propia instalación”.
“Hasta el momento no se ha decretado evento de transmisión alguno y ninguna de las personas en condición de contactos ha presentado sintomatología respiratoria”, apuntó el especialista de primer grado en Pediatría.
Lo aseveró Obregón Martínez: pesquisar, aislar y prever resultan claves del éxito en el enfrentamiento a la pandemia, premisa de un colectivo que brinda todas las atenciones al total de cinco pequeños y 14 gestantes ingresados en la unidad asistencial.
“Creamos equipos de trabajo integrados por quienes no establecieron vínculos con la contagiada y hoy están en el hospital de forma permanente. Una segunda opción conllevó a activar un grupo de médicos que labora en turnos de 24 horas y de regreso a sus hogares cumplen con los protocolos de bioseguridad”.
El galeno especificó que al cesar las actividades en el Wifredo Zayas Mendoza, donde hoy permanece abierto un control de foco, pusieron en práctica otras alternativas para garantizar las prestaciones de salud a pacientes pediátricos y a embarazadas.
“Por ahora las consultas a los niños y niñas se realizan en las respectivas áreas de salud, igual sucede con las gestantes pero en el caso de requerir cuidados mayores son remitidas a la maternidad provincial”, concluyó la fuente.
