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Sabino Calero, el chofer de alquiler asesinado el último día de noviembre de 1957

El desarrollo de los pueblos, su quehacer en la cultura y el saber, nunca puede verse separada de sus hijos. En cada momento, muchos de ellos han aportado a ese avance, incluyendo la entrega de sus propias vidas, como le sucedió a Sabino Calero

Calero

Por: Daisy Martín Ciriano (Museóloga)

En Cabaiguán, uno de estos hijos lo es Sabino Florencio Calero Barrios quien nació en el apartado territorio de las Cejas de Pedro Barba, en la antigua provincia de Las Villas, el 27 de octubre de 1928. No obstante fue inscripto en el Registro Civil de Guayos.

Hijo de los campesinos Juan Calero Álvarez y Margarita Barrios Ríos se trasladó, años después, para la zona de Cuatro Esquinas donde se establecieron en el sitio de Juan Simón.

Sabino no pudo asistir a la escuela. Aprendió a leer y a escribir con la ayuda de un vecino, pero muy temprano tuvo que incorporarse al trabajo agrícola para contribuir a la prosperidad de la finquita que la familia tenía a su cargo. Durante el tiempo de la zafra azucarera se trasladaba junto a su padre y su hermano a Camagüey para cortar y tirar caña.

Después hizo varias vegas de tabaco en sociedad y reunió dinero para comprar un automóvil pagando una letra y así poco a poco logró completar el pago. De esta manera se convirtió en chofer de alquiler.

Tenía inquietudes revolucionarias y tempranamente militó en la célula del MR-26-7 de Neiva, donde también estaba su hermano Vitalino. Con esta organización participó en la venta de bonos, prácticas de tiro y sabotajes, entre otras actividades.

Cuando la llamada masacre de La Llorona contra los jóvenes que se alzaron, hecho donde masacraron a un grupo de jóvenes, Sabino fue el que primero de la familia que conoció del asesinato de su hermano y le llevó la noticia a la madre. También se lo comunicó a los padres de Horacio González, en Echenique. En su casa de Cabaiguán, se efectuó el velatorio de Vitalino, el 10 de agosto de 1957. A partir de entonces su vida corrió más peligro. Como parte de la represión desatada por la tiranía, el 30 de noviembre de 1957, fue detenido en una esquina de la calle Masó, torturado y finalmente ahorcado en la finca Villatera, en las afueras del poblado. Tenía al morir 29 años.

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