Los controles de focos abiertos en La Aurora y el Hospital Materno Infantil Wifredo Zayas Mendoza devienen los de mayores acumulados con 13 y 6 diagnósticos, respectivamente
Con 29 controles de focos abiertos el panorama epidemiológico de Cabaiguán se pasa de castaño oscuro, malestar propiciado por la COVID-19 que insiste en empinarse durante el mes de junio.
La doctora Mayte Lemas Suero del departamento de Vigilancia en la Dirección Municipal de Salud Pública señaló que del total de sucesos cuatro se activaron la víspera, dos corresponden al Policlínico I y los demás a El Cocal y Jíquima de Peláez.
Según la galena de todos los controles de foco existentes en estos predios, el de La Aurora y el del Hospital Materno Infantil Wifredo Zayas Mendoza devienen los de mayores acumulados con 13 y 6 diagnósticos, respectivamente, y distingue que continúan aportando pacientes.
Al cierre de este miércoles el territorio computó ocho nuevos casos, uno menos que en la jornada precedente, distribuidos en las áreas de salud I y II, cabaiguanenses que mantuvieron contacto con personas antes infectadas y excepto dos, los restantes presentaron síntomas clínicos; así queda demostrado que en el actual rebrote el 54, 95 por ciento de los confirmados experimentó indicios de la enfermedad.
Por segundo día consecutivo, el Ministerio de Salud Pública notificó que el paciente de 6 años de edad se mantiene reportado de grave.
La tasa de incidencia en la quincena más reciente se comporta en 93, 38 por 100 000 habitantes, parámetro que promete escalar sobremanera, y para completar la lista de desvelos una cifra superior al centenar de PCR queda pendientes de resultados.
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