Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Desde un taller en El Colorado, área suburbana de Cabaiguán, se presenta al mundo la madera plástica con sello espirituano, salto que diera el Proyecto Ecomadera Cubana, pionero en la provincia al insertarse en la exportación e importación de bienes y servicios tras facultarse esta posibilidad al sector privado del país.
Pavel Sánchez Zerquera concibió la idea en 2014 pero no fue hasta el año siguiente que despuntaron con la producción en serie de las elaboraciones, un aproximado de 14 toneladas en los inicios, concebidas mediante residuos de desechos plásticos no degradables y destinadas en su mayoría al turismo. Ya en el calendario precedente superaron las 500 toneladas y prevén alcanzar las mil anualmente.
“Confeccionamos tablas, vigas, viguetas, columnas y disímiles elementos que sustituyen la madera en obras constructivas. Como el material posee múltiples ventajas en los ambientes costeros, por su fortaleza a la salinidad y la humedad, varias creaciones se demandan desde Varadero. Explotamos la ejecución de pasarelas de playas, talapas, pérgolas, soleadores y atraques para las embarcaciones en las marinas, por mencionar algunos ejemplos”, añadió el titular.
Calidad y resistencia distinguen los surtidos fabricados por la mini-industria que firmara convenio con la Empresa Comercializadora BK Import Export, una de las 37 entidades que amplió sus prestaciones a las formas de gestión no estatal para tramitar las operaciones de los cuentapropista en el exterior en Moneda Libremente Convertible.
“Oportunidad que nos facilita la adquisición de tecnologías, piezas de repuesto y componentes para diversificar las propuestas y humanizar el trabajo”, agregó la fuente.
Clientes del patio y foráneos demandan las manufacturas del Proyecto Ecomadera Cubana que incrementa las exportaciones en el mercado. “Hemos cumplido encargos para áreas del Caribe, sobretodo para República Dominicana y pactamos con demás zonas de la región. Nos han contactado compradores de Europa y programamos este año exportar a Alemania productos con otro valor agregado: construcciones e iniciativas donde la madera llegará cortada en dependencia del pedido”.
Si bien los ingresos recaudados en la fabricación de madera plástica resultan una inyección a los ingresos nacionales, Sánchez Zerquera considera la efectividad de tres líneas amigables con el medio ambiente.
“Al no emplearse la madera se evita la tala de árboles, contribuye al ahorro de las emisiones de Co2 y por último recicla un desperdicio que por años contaminaría al ecosistema”.
A ello se suman otras ventajas gracias a las acciones de encadenamiento productivo, al recibir la materia prima por dos vías, que permiten obtener mayores beneficios en conjunto, una de las exigencias del país a tono con la actualización de su estrategia económico-social.
“Compramos elementos a las Empresas de Recuperación de Materias Primas de todo el archipiélago y a cuentapropistas recolectores. Luego expendemos ese semiproducto a cooperativas no agropecuarias encargadas de ejercer actividades constructivas”, concluyó Sánchez Zerquera.