Por: Lillipsy Bello Cancio
Además del enfrentamiento a una pandemia nunca antes vista en Cuba, la implementación de nuevas formas de gestión y la identificación de mercados y proveedores, así como la búsqueda constante de una mayor eficiencia en el encadenamiento productivo, y el inicio de un complejo proceso de ordenamiento suscribieron el 2020 de la Empresa de Comercio y Gastronomía de Cabaiguán.
Las limitaciones de recursos, los incumplimientos de algunos proveedores y la escasez de materias primas impidieron a este colectivo alcanzar los planes previstos para el período en algunos indicadores, a pesar de lo cual, al término de diciembre la circulación mercantil se sobrecumplía en el orden del 1%.
En este sentido sobresalen los materiales de la construcción, afectados fundamentalmente por las violaciones de los contratos de la Empresa de Cemento Siguaney que dejó de entregar poco más de 700 toneladas comprometidas (con un importe de más de un millón de pesos) y la Universal que quedó endeuda con la minorista en cerca de cuatro millones de pesos, destacando productos como azulejos, purling, pintura, cable eléctrico y tejas de asbesto- cemento, todos de importancia vital para la terminación de viviendas.
Los trabajadores de dicha entidad son conscientes del enorme reto que tienen por delante: ser eficientes, rentables y responder a las demandas de calidad en los servicios de una población ávida de una atención a la altura de sus exigencias y de los tiempos actuales, de ofertas variadas y de precios más razonables.
La Tarea Ordenamiento, sin lugar a dudas ha generado nuevos empeños y mayores expectativas en los colectivos y los funcionarios responsables del desarrollo de la única empresa con que cuenta este municipio, ahora con menores responsabilidades tributarias (desde el punto de vista cuantitativo) pero mayores compromisos en un contexto que continúa signado por la escasez, el Bloqueo y una crisis sanitaria sin precedentes en la historia de esta nación.
La creatividad, la materialización de la tan llevada y traída estrategia de encadenamiento productivo, el sentido de pertenencia y el respeto a los clientes constituyen hoy las principales fortalezas con que cuenta un sector que en mucho depende de la disponibilidad de recursos pero que precisa con urgencia de renovarse, actualizarse e incorporarse definitivamente a las nuevas formas de gestión de vena de productos y servicios que imponen los tiempos modernos.
Ciento dos años se cumplieron el pasado es 4 de febrero del natalicio de Fernando Chenard Piña, mártir del sector y exponente sin igual de los más genuinos valores de los trabajadores de este gremio: baste mencionar la actitud que lo llevó a vender su empleo y medios de vida con una fe enorme en el destino de la Patria para comprender el desinterés, heroísmo y entrega a la causa libertaria que lo caracterizaron y deberían definir a cada comerciante y gastronómico hoy.
El sesenta aniversario de la creación el Ministerio del Comercio Interior también deviene motivo para la alegría y la celebración, pero a la vez que significa más compromiso, mayor lealtad, mayor empeño y lucha por la legalidad y la confianza, por legitimar aquello que afirmara Fidel en el acto de clausura del Primer Congreso de la Federación Nacional de Barberías y Peluquerías, cuando dijo: “(…) el sector de ustedes tiene, desde el punto de vista revolucionario, una gran importancia.
No es que la estemos exagerando, sino que tiene ciertamente una gran importancia, porque tienen que estar constantemente, o tienen la oportunidad de estar constantemente haciendo algo por la Revolución, al mismo tiempo que trabajan”… y creo que con ello se ha dicho todo.