Ya van tres años desde que te fuiste un momentico a la gloria y esta isla sigue amaneciendo contigo… tres años desde que te volviste inmorible para los amigos ¡y hasta para los que no!…. tres años hace que una piedra te arropa y que tu nombre adquirió forma de grano de maíz.
Todavía somos muchos los que nos resistimos a escribirte muerto… ha pasado un tiempo eterno y aún permanecen intactas tu sonrisa inmensa en el momento de la travesura de alguno de los pequeños que siempre tenías a tu alrededor, la agudeza de tu mirada al enemigo que escudriñóinsistentemente en tus esencias pero que no pudo demeritar tugrandeza, la blancura de tus manos, acusadoras, tiernas, enérgicas…
Parece que fue ayer, todavía puedo sentir la voz en la madrugada anunciando la trágica noticia que todos esperaban pero que nadie quería escuchar, no tengo ni que cerrar los ojos para escuchar el grito del silencio la mañana más fría que un diciembre pueda recordar cuando esta tierra te recibió y apenas nadie podía crecer que tanto honor pudiera caber en aquel armón de cedro y flores blancas.
Hay historias que nunca terminan de escribirse… la tuya Fidel, que es como decir la de Cuba entera o la de una América que se te dio así como se le dan las lluvias a la primavera o la de un mundo que reverenció la coherencia con que viviste, se continúa haciendo en cada esquina de cualquier rincón de esta Isla, en el lápiz de cada niño que aprende a escribir, en el bastón de los que más saben porque sencillamente, han vivido más.
Este 25 de noviembre volverán a encenderse muchos altares, cada plaza retumbará con tu ¡Patria o Muerte!, los campos se colmarán de rocío y las niñas exigirán un lugar a donde llevarte flores… otra vez miraremos las fotos, sentiremos el llanto del hombre en silla de ruedas y escucharemos el Himno que junto a Faustino y ahogados por el dolor, miles de cabaiguanenses entonaron para asegurarte que al combate, marcharíamos siempre que la Patria nos necesitara… tú nos enseñaste eso…
Este 25 de noviembre, Comandante, los estadios de toda Cuba te dedicarán cada home run, cada atleta seguirá extrañando tu abrazo alentador, los periódicos extrañarán tus reflexiones y la silla a la que nos acostumbraste en los últimos tiempos seguirá sintiendo el peso de tu vida eterna… una vida demasiadoinfinita, tanto que ya tu cuerpo no la podía sostener.
Raúl te visitará allá en Santa Ifigenia, todo Santiago acudirá (como si nunca lo hubiera hecho) a tu encuentro en un campo santo tan respetable como tu misma existencia y la Patria esta que forjaste a base de ideas, de corajudas denuncias y de irreverentes actitudes, hará gala de la estirpe que le endilgaste y los saberes que le aprehendiste.
Solo porque ha pasado el tiempo, quizás porque el dolor se ha dormido, a lo mejor porque sigues siendo, estando, viviendo, es que hemos comprendido porque nunca le diste mucha importancia a eso de morir…¡Claro! Solo tú sabías que la continuidad no era una utopía: que está en el pionero que se alista cada amanecer para un matutino, enel joven que se enrola igual en un concierto que en una zafra, en el presidente que “da botella”, en el obrero que se desvela al pie de las máquinas, en los médicos que salvan y regresan y cumplen, en la Patria agradecida que alza su voz para confirmar “YO SOY FIDEL…”