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Siento enorme satisfacción por el ferrocarril

Alberto Ramón Jiménez, un espírituano de nacimiento que ha dedicado su vida laboral alrededor del sector ferroviario en la región central de Cuba

Alberto tiene claro que la fortaleza se lleva en la actitud hacia la vida. “Yo nací con la Revolución, cuando el Asalto al Moncada, y todavía estoy aquí”.

Alberto Ramón Jiménez Méndez es natural de Sancti Spíritus y, actualmente, se desempeña como electricista de locomotoras en el Taller Ciro Redondo de Villa Clara, donde labora desde 1977. Pero, su faena como trabajador ferroviario comenzó mucho antes.

“Me inicié en el ferrocarril en 1969, estudié en el instituto tecnológico Cándido González Morales, y luego en 1973 comencé a trabajar en Sagua la Grande, estuve ahí por cuatro años”, rememora. Además, Alberto ha pasado por diversas especialidades. Estudió mecánica de frenos de aire en Camagüey, después se evaluó como mecánico diesel y ahora se desempeña en el puesto de electricista en los coches de motores.

Ante la situación económica actual que enfrenta el país, la realidad en este trabajo es compleja, explica Alberto. “Hay que esforzarse y dominar la escasez de piezas, basarse mucho en las innovaciones. Se mandan a buscar las piezas, aunque la mayoría de las veces entre los mismos compañeros buscamos una solución”, asegura.

“Cuando yo empecé aquí, en el año 77, se hacían maravillas. Se construyó el banco de prueba, se hacían reparaciones un poco más grandes. Hoy día, debido a los inconvenientes que enfrentamos, hemos tenido que dejar de hacer muchas cosas”, lamenta Alberto, pues actualmente, debido a esta situación, este es un taller de rotación, las máquinas se revisan pero no se realizan arreglos profundos.

A pesar de los obstáculos, para este hombre la vida es el ferrocarril. “La satisfacción más grande es que cada vez que hay un equipo roto yo puedo arreglarlo, y prestar así un servicio a la población. Hay lugares donde, si no hay transporte ferroviario, muchos niños no pueden ir a la escuela. Por eso, es una satisfacción muy enome la que siento por el ferrocarril”.

Alberto Jiménez lleva décadas dedicado a su oficio, siempre dispuesto a solucionar cualquier problema que surja. “Pienso seguir trabajando hasta que mi salud me lo permita. Hay veces que uno se siente mejor en el trabajo con sus compañeros. Tu colectivo es tu familia, buscamos soluciones para no parar los equipos”, explica. “Llevo muchos años trabajando aquí y no pienso irme hasta que el destino me lo ordene”.

Fuente: Con información del perfil de Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila

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