¿Cupones sin recarga?
Pese a que los cupones se dañan una y otra vez al intentar recargarlos y los usuarios han reportado más de un millar de ellos perjudicados, Etecsa los sigue comercializando.
Ya no hacen falta monedas de a peso con la cara de Martí por un lado y la estrella en el reverso ni puntas de bisturí ni tan siquiera las limas de uñas que, dicen los que han cursado el doctorado, eran infalibles. Para rasgar un cupón de recarga de una tarjeta propia —principalmente los de 10 pesos— se necesita, más que habilidad, suerte y, sobre todo, mucha paciencia.
Es como si los cupones estuviesen diseñados no para recargarse, sino para ser indescifrables; de lo contrario, tantas personas no sufrirían lo mismo: números que jamás logran verse, códigos que se rasgan a la par del papel, roturas…
Ha sucedido ...