Herma Elia, bordadora excepcional
Por: Daisy Martin Ciriano
Cabaiguán, muy semejante a la Villa de Mazo en La Palma, es cuna del bordado canario. Fueron las palmeras quienes trajeron en sus baúles sus puntos y agujas, sus dedales y su constancia y exquisitez. Después este conocimiento lo trasmitió a otras cubanas y en especial a sus hijas y nietas.
Un ejemplo de estas descendientes lo es Herma Elia Ríos García, nieta de palmeros. Conoció desde pequeña los aciertos de cada puntada, aprendidas por exigencias de su abuela y su padre. Por entonces tenía que asistir a diario a las clases de bordado que le impartía Prisca Paz Ríos, prima de su padre, que era muy exigente. Cuando apenas tenía nueve años ya conocía gran cantidad de puntos. Al pasar el tiempo fue perfeccionando sus obras y el amor hacia el bordado creció en s...