Jorge se despide con la misma sonrisa que lo caracterizó en vida
El dengue nuevamente cobra otra vida en Cabaiguán, esta vez carga con una de las más valiosas almas de este pueblo
Por: Aramis Fernández Valderas
Y se encaprichó la muerte, vino a cargar contigo. Tan gigante, parecías de metal forjado, tan alegre, eras la misma alegría, tan guapo que llevabas grandes dolores por dentro y jamás los demostrabas.
Guajiro hasta los tuétanos, buena persona y con un corazón del cual solo brotaba el cariño. Forzudo al extremo de dominar el más cerrero de los bueyes y débil al extremo de secar tus lágrimas con solo oír la narración de cualquier dolor ajeno.
No tengo fechas tuyas, me escasean los datos, jamás indagué por ti. Cuando nos veíamos nos dábamos la mano y sonreías como si estuvieras junto al mejor de tus amigos. ¿Para qué iba a estar escud...