Santiago: la Jiribilla de Cabaiguán.
Por: Daisy Pilar Martín Ciriano.
Tal
vez por su pequeña estatura y por el color oscuro de su piel, muchos no
conocieran del actuar combativo que
llevó Santiago Hernández Echemendía.
La
humildad y el hambre lo acosaron desde pequeño, cuando en el Gorgojo trabajaba
sin descanso siendo un niño aún, para ganar unos cuantos centavos. Por esa
razón comprendió tempranamente la necesidad de luchar contra la explotación y
se incorporó a la célula del 26 que dirigía el isleño Mateo Correa, donde
desempeñó numerosas tareas en la zona de Fomento, Cariblanca y La Redonda hasta que llegó el Che
al Escambray. Con apenas 19 años, aunque sin siquiera un fusil, se incorporó la Columna como
cocinero.
Después
del triunfo revolucionario integró al Regimiento “Leoncio Vidal” y al
constituir...