Añoranza por las croquetas
Si algo añoro son las croquetas de los bares de Antonio, La Diana, el Crispín o cualquiera de los tantos que existían en Cabaiguán. Aquellas croquetas chirriaban de lo tostaditas que eran y con excelente harina de pan, además con un peso te comías unas cuantas de ellas.
Por: Aramis Fernández
Ahora, las elegantes croquetas se han perdido, solo quedan cosas raras medio verdosas, incluso algunas confeccionadas en centros alimentarios como las mil veces vilipendiadas croquetas de pescado con sabor a chorizo. Las mejorcitas ven el agua de pollo y no el pollo, el esqueleto de pescado pero no el pescado, se venden entre 6 y 10 pesos cada una. Es lógico que siga añorando la croqueta de antaño.
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