Las otras caras del déficit de medicamentos
En Sancti Spíritus, acaparadores, revendedores, coleros y otros negociantes han encontrado en el déficit de medicamentos la puerta de entrada para engordar sus bolsillos, a costa del dolor de enfermos y sus respectivas familias
Cusa tiene malas pulgas, y después del madrugón de ayer en la cola de la farmacia, más todavía. Para comprar el Enalapril, allá se fue con sus achaques: diabetes, hipertensión, y para colmo, una colostomía (bolsa y manguera de por medio) que ni siquiera el holgado vestido logra disimular. Salió hecha un papelillo y con razones en la punta de la lengua.
“Las coleras duermen allí; por la madrugada reparten los primeros números y los venden. Luego, por la mañana, los afortunados llegan así de fácil y compran. Siempre hay una colera que es la directora de la o...