Para salvar la verdad
En tiempos en los que un virus con corona ocupa titulares, donde la muerte duele más porque es demasiado frecuente, donde la imagen de un convoy de ataúdes recorre el mundo una y otra vez, provocando las mismas lágrimas del primer día… en tiempos en los que debía salirsenos lo mejor, lamentablemente, no siempre ocurre así.
Por una parte están los que atienden a cada llamado y cumplen estrictamente las medidas orientadas, por otro los que, incrédulos, buscan hasta el cansancio, una señal de que "la cosa no es tan grave", así mismo están los que creen con una excesiva ingenuidad u optimismo que un "milagro" nos salvará… y los otros, a los que debo reconocer no encuentro calificativo para nombrarlos, los que aprovechan hasta un gesto solidario para intentar el descrédito… y digo "intentar"...