Dame tu plan de trabajo
En tiempos en que prácticamente solo se puede planificar un día, los planes de trabajo coartan las iniciativas y la capacidad de adaptación de los trabajadores
Esa es la primera frase de una visita. Casi antes de sentarse, casi antes de llegar, te piden en plan de trabajo. El beso, el saludo cordial y el pedido inminente: alcánzame el plan de trabajo.
Esos planes —digo yo ahora—, aunque son herramientas comunes en el ámbito laboral, presentan diversos inconvenientes que dificultan su eficacia y adaptabilidad a situaciones cambiantes.
En primer lugar, suelen ser rígidos o poco flexibles, lo que impide —en tiempos de imprevistos como los que vivimos— la reorganización de tareas. Además, al estar basados en una planificación mensual, no permiten una adecuada adaptación a las nece...