Cabaiguán despide hoy a la Doctora en estomatología Teresa Méndez (Tere) quien falleció víctima de la COVID-19
Por: Aramis Fernández Valderas
El silencio fue tu aliado principal en la vida, la modestia, la seriedad y sencillez, atributos del carácter. La amable y dulce voz, reflejo del humilde hogar donde viviente la infancia y juventud.
Tenías de Lito, tu papá la perseverancia, ese hombre que hizo desde chofer, hasta sereno en un joven club de computación, de Cielo tu progenitora, todo lo otro, hasta el pasar por desapercibida cuando en realidad eras protagonista.
En nuestro barrio, frente a mi casa, siempre que me asomo al portal recuerdo aquella casa desvencijada, cargada de recuerdos a la que el patriarca se negaba a derrumbar para levantar otra y es que según sus palabras “Aquí hay muchas memorias guardadas entre estas tablas que se perderán con la llegada del cemento”, pero tú y tu hermano Juan Pablo fueron convenciendo al cabeza dura, quien no logro ver el fin de la edificación.
Llegó la Universidad y te convertiste en una flamante Doctora en Estomatología, reverenciada en todo el territorio y también toco el corazón, ese único amor de Juan Carmenate, el que se adelantó en la partida y como se juraron amarse más allá de la muerte, ahora marchas, Teresa Méndez a unirte con él en el cielo para continuar viviendo donde Dios da cobija a los buenos.
Enaltecerte con palabras edulcoradas, no sería justo, seguro no lo ibas a permitir y te respeto. Pero si puedo asegurarte Tere que todo tu barrio natal, al igual al que te acogió tras el matrimonio, que tu familia y amigos de aquí y los que andan labrando sus vidas por otras partes de este inmenso mundo, hoy están de luto y jamás te olvidarán.
Tu Suchel, esa maravillosa hija y tus nietos te enaltecerán junto a Juani como estandartes y el lucero que conducirán sus vidas. Estas no son frases para alguien que ha partido, son para esa doctora que seguirá al tanto de todo y de todos y en silencio continuará tomando las decisiones más justas para una prole que ha tenido que ir aprendiendo a caminar sobre las espinas, pero sin renunciar jamás a la herencia de los ancestros.
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