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Tierras cabaiguanenses, un tesoro que ofrece riquezas y exige cuidado (+Fotos)

Las tierras de Cabaiguán son pródigas para muchos cultivos, entre ellos tenemos al tabaco, de ahí que las cosechas tienen excelente calidad y clasifica al territorio como uno de los más productores del país

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Los semilleros de tabaco garantizan con posterioridad una mejor cosecha.

Por: Hugo Crespo Crespo

Las tierras de Cabaiguán han sido privilegiadas desde tiempos ancestrales para desarrollar en ellas la siembra de variedad de cultivos. Por esa razón el territorio tiene un alto potencial de producciones que lo ubican entre los mejores del país. A esto también se le añade el cuidado y protección de los suelos para un renglón esencial: el tabaco; uno de los productos que siempre ha tenido relevancia en las siembras cabaiguanenses.

Con el devenir de los primeros años de la neocolonia este renglón ocupó lugares de preferencia  en la vida económica del territorio y aunque acontece muy anterior al siglo DIECINUEVE y según la obra “Tabaco, su historia en Cuba¨ de José Rivero Muniz se da por seguro que ya en el gobierno de Severiano de Manzaneda por los años 1695 se cultivaba tabaco en la demarcación.

Según el historiador Manuel Martínez Moles-Echemendía, el cultivo de Tabaco era empresa de gran importancia en la región de Sancti Spíritus desde principios del siglo XIX, siendo ya notables las vegas en las márgenes de los ríos Zaza y Cayajaca.

Alrededor de la década de los años 30 del referido siglo, se asistía el tabaco en pequeños conucos o parcelas al parecer todavía sin fin comercial pero las estadísticas de la época le dan cada vez mayor peso, por ejemplo, en el censo del 9 de agosto de 1836 aparecen 365 fincas, un ingenio, 57 potreros, 113   sitios de crianza, 62   estancias y 142   vegas.

Casi dos décadas después en el censo efectuado en 1867en los distintos partidos y cuartones se reportaban 6 vegas, una cercana al caserío de Cabaiguán y continuaban siendo el mayor productor Santa Lucía con 61 vegas, con ritmo estable y en la década de los 90 el número de vegueros fue creciendo apareciendo las primeras escogidas de tabaco.

Sus principales cultivadores de forma rápida comprendieron las necesidades y atenciones de la aromática hoja, las plagas que podían dañarla y los terrenos más apropiados para obtener excelentes cosechas, lo que conllevó a un auge creciente de la industria del torcido que se mantiene hasta nuestros días.

Las zonas más fecundas para este cultivo han sido siempre las situadas en los sitios alrededor de Cabaiguán, Neiva, camino hacia Santa Lucía, entre ellos la CCS Alfredo López Brito, la Horacio González, en Cuatro Esquinas, la zona de la comunidad de Noel Sancho, la Nueva Cuba, Aramís Pérez, la CPA Juan González y las áreas comprendidas en terrenos de las bases productivas Diez de Octubre, Trece de Marzo, Sergio Soto, Rogelio Rojas y Pozas.

También en otras áreas del municipio, se cultiva el producto, entre ellas Vega del Paso, donde se exhiben las cosechas de Georgino Álvarez Bermúdez, más conocido por ¨El isleño¨, además de las cooperativas Ramón Balboa Monzón, Jesús Menéndez y Jorge Agostini.

Por otra los vegueríos de José Rodríguez Reina y Yoandy Rodríguez Porras, este nombrado ¨Hombre habano en Cuba¨, así como los semilleros en la zona de Jíquima de Peláez, pertenecientes a Eliecer Pérez y Arnelio Gómez Quintero y Roberto González en Santa Lucía, dan fe de la potencialidad en este ámbito en la región.

En cada uno de estos terrenos, el productor aplica las medidas fitosanitarias establecidas en las respectivas épocas del año, la rotación de cultivos, plaguicidas y materia orgánica para la calidad del habano de esta comarca reconocido a nivel mundial.

Los cosecheros de la hoja en Cabaiguán, aprovechan además los recursos y orientaciones ofrecidos por la Estación de Protección de Plantas de la localidad, cuando existe incidencia de ozono, de moho azul u otro agenteoportunista que afecte este sembradío y los mejores saberes que aporta el excelente y prestigioso centro de investigaciones Estación Experimental del Tabaco, con un probado y exitoso banco de germoplasma y variedades obtenidas a través de sus estudios.

Cuando concluye el ciclo productivo del tabaco, la tierra tiene los suficientes nutrientes para sembrar en ella frijoles o maíz, así como el empleo de los restos de la cosecha como abono orgánico.

Es así como nuestras tierras en este sitio del centro de Cuba, muestran el poder contar con este aval que después se revierte en la economía local y nacional con aportes millonarios en el destino de este producto hacia las escogidas y fábricas de torcidos de Guayos y la ciudad cabecera, en lo cual además de poseer un reconocido prestigio a nivel nacional e internacional, contribuye a crear fuentes de empleo con una marcada tendencia en el sexo femenino en esos centros, en los cuales se destacan las UEB Alfredo López Brito y José González Trecha.

Por ello, si las tierras de Cabaiguán han dado esta bonanza a los lugareños y por ende al desarrollo local y aportes al nacional, es deber de cada uno de los productores y habitantes de este pródigo lugar, pensar una y otra vez, reflexionar, buscar alternativas, proteger, cuidar y amar el suelo que todo habitamos, ese que nos da la posibilidad de caminar por él y vivir de él. Nuestra madre tierra reclama de todo ese abrazo gigante de manos laboriosas y mentes llenas de pasión, raciocinio y sentido de pertenencia que sepan valorar que en ella está el sostén de la existencia.   

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